El atún es una especie propia de aguas del Pacífico. Foto: Pixabay

MEDIOAMBIENTE

Atunes tropicales en peligro por presión pesquera

La Comisión Interamericana del Atún Tropical (Ciat) ha recomendado poner límites a la pesca de atún. Es decir, capturar los 160.000 metros cúbicos de la especie permitidos. Sin embargo, en la actualidad se siguen sacando 288.850 metros cúbicos.

Michelle Carrere / Mongabay Latam
19 de agosto de 2019

Una lata de atún, al precio de un dólar o un dólar con cincuenta centavos, es proteína barata para alimentar un buen número de gente en el mundo. Es también una fuente muy importante de trabajo para miles de hombres y mujeres que habitan los países por donde nada esta especie altamente migratoria.

Mantener un nivel sostenible de pesca es por tanto vital no solo para asegurar la conservación de la especie sino también la seguridad alimentaria y las economías que dependen del atún. Es con ese objetivo que 21 países, de los cuales 11 son latinoamericanos, conforman la Comisión Interamericana del Atún Tropical (Ciat) que a fines de julio celebró su 94ª reunión.

Aunque la Ciat asegura que es necesario tomar medidas específicas y urgentes que reduzcan la presión de pesca que actualmente están sufriendo los atunes tropicales, las medidas propuestas por el staff científico de la Comisión no fueron aprobadas.

Demasiado esfuerzo pesquero

Tres especies de atunes son las de mayor de interés comercial en el Océano Pacífico Oriental (OPO): el atún barrilete (Katsuwonus Pelamis), el atún aleta amarilla (Thunnus albacares) y el atún patudo (Thunnus obesus).

Guillermo Compeán, director de la Ciat, asegura que aunque estas especies “están relativamente estables”, ellas se encuentran “al límite de su máxima producción”. Es decir, que de aumentar la pesca sobre estas especies, su sustentabilidad podría verse comprometida. De hecho, actualmente la biomasa de los atunes de aleta amarilla en edad de reproducirse “está ligeramente por debajo del límite sostenible”, asegura el último status de stock de la Ciat publicado en marzo de este año.

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Pese a ello, hoy, la sobrecapacidad de flota pesquera es la mayor amenaza para los stocks de atunes tropicales. Así lo confirma Compeán al asegurar que “los científicos estamos observando un aumento lineal del esfuerzo de pesca medido en el número de lances”, es decir, en la cantidad de veces que una red u otro arte de pesca es arrojado al mar para capturar peces.

Descarga de atunes en Manta, Ecuador. Foto: Pablo Guerrero WWF

El problema, resume Pablo Guerrero, director de pesquería del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en Ecuador, el principal país atunero de la región, es que “hay demasiados barcos”. Según el Registro Regional de buques de la Ciat, en el Océano Pacífico Oriental operan 258 embarcaciones atuneras cerqueras, es decir, que capturan atún mediante redes de cerco, la principal arte de pesca utilizada. Según un informe de la Ciat del 31 de mayo de este año, anualmente se pescan en el OPO 288 850 metros cúbicos de atún. “Eso excede en buena medida la recomendación de los científicos que dice que la capacidad pesquera óptima para asegurar la sostenibilidad de los stock debiera ser 160 000 metros cúbicos anuales”, dice Guerrero.

Según explica Compeán, el incremento de lances se ha dado principalmente sobre dispositivos agregadores de peces (FADs), también conocidos como Plantados: artefactos flotantes instalados por los pescadores para atraer peces y facilitar su capturas.

Las especies pelágicas como los atunes, suelen congregarse debajo de objetos como, por ejemplo, un tronco de árbol muerto a la deriva. Es por ello que pescadores instalan plantados, plataformas generalmente de plástico con una medida promedio de un metro con cincuenta centímetros de largo y ancho y que simulan un tronco u otro objeto natural. Los peces, engañados, se congregan debajo de ellos y las embarcaciones los capturan luego con sus  redes. “Es un método altamente efectivo, que además sirve para reducir costos puesto que las embarcaciones van a lo seguro”, explica Guerrero.

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Los plantados, sin embargo, han traído consigo algunos problemas. El principal es que no existe control sobre la cantidad de estos aparatos, señala Compeán,“ya que aunque hay una resolución que establece límites en la cantidad que pueden sembrar los buques, esos límites fueron establecidos de manera arbitraria”, dice. El experto se refiere a que la cantidad autorizada de plantados es muy superior a la que actualmente tienen los buques y que recomiendan los estudios elaborados por el personal científico de la CIAT. Lo anterior permite que el número de lances pueda aumentar “y eso es lo que ha sucedido en los últimos dos años”, concluye.

Atunes en bodega de Superseiner en Manta, Ecuador. Foto: Pablo Guerrero WWF

Compeán asegura que la CIAT recomendó, durante esta última reunión, limitar el número de lances sobre los objetos flotantes tanto naturales como artificiales o, como una segunda opción, disminuir el número de plantados que pueden sembrar los buques. “Desafortunadamente ninguna de estas medidas fue aprobada por la Comisión ya que no se logró el consenso debido a la oposición de  algunos miembros”, dijo Compeán. Aunque el director de la Ciat no quiso especificar quiénes fueron los miembros que se opusieron a las propuestas, sí adelantó que fueron los países que pescan prácticamente todo su atún con plantados.

Lo anterior significa una preocupación para el futuro de los stocks de atunes tropicales, sobretodo si continúa incrementándose el esfuerzo pesquero como muestra la tendencia. Además, “la utilización de plantados más efectivos y el futuro reemplazo de las embarcaciones existentes por otras más eficientes, incrementará aún más esta presión de pesca”, asegura WWF. “Está claro que hay una necesidad urgente de arreglar este problema”, dice la organización.

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Otro problema asociado a los plantados, señala el director de la Ciat, es la falta de información entregada por los buques menores que no están obligados a llevar observadores a bordo. Aunque estos registran en sus bitácoras los lances que hacen sobre los plantados, “no hay datos sobre la captura incidental de esos lances –es decir, sobre la captura no intencional de especies diferentes al atún– ni información de si están sembrando plantados para ellos o para otros buques”. Esto último, genera a su vez una preocupación adicional, puesto que no está permitida la existencia de naves auxiliares que abastezcan de plantados o hagan mantenimiento de los mismos.

Cerqueros en muelle Manta, Ecuador. Foto: Pablo Guerrero WWF

“Muy pocos países están entregando la información completa y a tiempo sobre los plantados”, asegura WWF. Además, Compeán señala que “un problema es que los buques pueden tomar una de las dos temporadas de veda por lo que pueden dejar sembrados parte de sus plantados y darle acceso sobre ellos a otros buques, lo que equivale de facto que estarían actuando como buques auxiliares”.

Debido a que la falta de información es uno de los flancos más débiles de esta pesquería, Compeán celebró que durante la reunión de julio se acordara que los capitanes deben entregar la información sobre los plantados. “Así tendremos información más fina”, dice Compeán y agrega que aunque no se tomarán medidas hasta el 2022 “al menos ya hay un avance”.

Pesca incidental

 A pesar de los problemas asociados a los plantados, el director de WWF destaca algunas medidas positivas que se están implementando. Por ejemplo, la Comisión actualmente se encuentra trabajando en prototipos de dispositivos biodegradables para evitar que sean construidos con plástico los que, “si se pierden, se pueden convertir en basura marina”, dice Guerrero. Aunque aún no han dado con el modelo apropiado, el experto asegura que “se está trabajando mucho” y que ya hay algunos materiales como la cabuya o el cáñamo, que han arrojado resultados positivos.

Además, Guerrero señala que se han implementado medidas que han logrado disminuir, con éxito, la pesca incidental o accidental sobre tortugas marinas y delfines.

Foto: WWF

Aunque los buques cerqueros hacen lances sobre cardúmenes de atunes asociados a delfines, Compeán asegura que la implementación de las medidas adoptadas por el Acuerdo para el Programa Internacional para la Conservación de los Delfines (APICD), ha tenido resultados muy buenos y “actualmente la captura incidental de delfines está en los niveles históricos más bajos y a niveles poblacionales que no ponen en peligro a las especies”, dice el Director de la CIAT.

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Comúnmente los plantados llevaban colgando paños de red de 20 a 40 metros. Estos permiten aumentar la sombra para atraer a los peces y anclar el plantado para evitar que se desplace con las corrientes marinas. El problema de esto es que tiburones sedosos y tortugas marinas suelen quedarse atrapados en estos paños de red.

Mujeres trabajando en linea de produccion de enlatadora Manta, Ecuador. Foto: Pablo Guerrero WWF

Es por ello que luego de investigaciones científicas, se puso en marcha una innovación tecnológica que es obligatoria actualmente en el Océano Pacífico Oriental. “Los plantados ya no pueden llevar paños colgantes, sino que tienen que ser, por ejemplo, cabos colgantes o bien los paños tienen que estar amarrados para evitar que las tortugas se enganchen. Eso ha disminuido bastante el problema de la mortalidad de la fauna marina”, dice Guerrero.

Compeán agrega, sin embargo, que los resultados no son igual de optimistas en el caso de las capturas incidentales de tiburones. “Aún no podemos determinar con exactitud el efecto que las capturas incidentales han tenido sobre las poblaciones de tiburones oceánicos como el sedoso (Carcharhinus falciformis) y el punta blanca (Carcharhinus longimanus) y aunque hay medidas obligatorias para liberarlos estas aún no son los suficientemente eficientes como para minimizar las capturas y la posible mortalidad de estas especies”, dice el director de la Ciat. Además, agrega que “hemos detectado un gran problema con las capturas incidentales de atunes aleta amarilla y patudo muy pequeños”.

foto: Jeff Rotman WWF

Según indica Compeán, los científicos han presentado varias opciones de medidas de manejo para solucionar estos problemas, sin embargo, “la falta de consenso por la oposición de algunos miembros ha impedido que la comisión adopte alguna de ellas”.

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Guerrero es optimista al asegurar que aunque el ordenamiento del esfuerzo pesquero a través de los plantados es una tarea pendiente, “hay un trabajo en curso, hay iniciativas y hay conciencia”. También agrega que “hay muchos actores y eso demanda coordinar y concertar los esfuerzos”, por lo que habrá que tener paciencia para ver resultados tan eficientes como los logrados, después de 20 años de trabajo, con la pesca incidental de delfines.

Esta nota fue publicada originalmente en https://es.mongabay.com/2019/08/presion-pesquera-pone-en-peligro-a-los-atunes-tropicales/