GRUPO RÍO BOGOTÁ

El retorno de las aves a la sabana

Con la siembra de 120.000 árboles nativos, la adecuación de nuevas zonas de humedal y la ampliación del cauce en la cuenca media del río, las aves propias de la región están regresando poco a poco al tramo más crítico del afluente.

5 de junio de 2020

La cuenca del río Bogotá abarca más de 589.000 hectáreas de 46 municipios de Cundinamarca y la capital del país, un territorio biodiverso donde se han identificado cerca de 500 especies de animales, de las cuales 322 son aves, 72 mamíferos, 55 anfibios, 66 reptiles y 23 peces. 

Sin embargo, la contaminación del cuerpo de agua más importante de la sabana y la fragmentación de ecosistemas como los humedales, tienen en jaque a varios representantes de la fauna propia del lugar, como es el caso de la tingua bogotana, el cucarachero de pantano, el cangrejo sabanero y la tingua pico verde.

La cuenca media del río Bogotá, donde el afluente recibe a diario más de 690 toneladas de carga contaminante por parte de los habitantes de la capital y Soacha, es la más afectada en términos de biodiversidad.

Con las obras de adecuación hidráulica en la cuenca media del río Bogotá, las aves propias de la zona han empezado a recuperar su territorio. Foto: Acueducto de Bogotá.

En 2013, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y la Asociación Colombiana de Ornitología (ABO) realizaron una caracterización de las especies de aves residentes y migratorias en 68 kilómetros de la cuenca media, donde la entidad ambiental empezaba una serie de obras para ampliar el cauce del río.

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El estudio evidenció la presencia de 53 especies de aves en el tramo, como pinzón sabanero, golondrinas, mirlas, patos, garzas del ganado, copetón, torcazas, entre otras.

"Sin embargo, muchas de estas especies son generalistas, es decir aves que lograron adaptarse a vivir en ambientes contaminados. Por eso, una de las conclusiones es que si no mejoran las condiciones del río Bogotá y los humedales, los resultados no serán positivos”, dijo Alejandro Torres, biólogo de la CAR.

Tingua azul

La tingua azul es una de las especies de aves migratorias que hace mayor presencia en la cuenca media del río Bogotá. Foto: Fundación Humedales Bogotá.

El regreso de las aves

Entre 2012 y 2016, la CAR realizó obras de adecuación hidraúlica en 68 kilómetros del río Bogotá en la cuenca media del río, entre los municipios de Soacha y Cota. El ideal fue retirar los residuos depositados durante décadas en el lecho, ampliar su cauce y evitar las inundaciones.

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Con el retiro de más de ocho millones de metros cúbicos de basuras y la ampliación del cauce de 30 a 60 metros, el río Bogotá empezó a cambiar de cara. Sus aguas ahora son navegables en algunos tramos y los olores mermaron un poco a pesar de seguir recibiendo vertimientos y descargas tóxicas.

En la zona intervenida, la CAR sembró más de 120.000 árboles nativos y adecuó seis zonas de humedales en Soacha (Tequendama, Indumil y Ogamora) y Bogotá (Isla Vuelta Grande, el filtro de humedales de la calle 80 y las áreas de compensación de la PTAR Salitre). 

La tingua de pico amarillo

La tingua pico amarillo es una de las aves que más abunda en los humedales de la cuenca media. Foto: Fundación Humedales Bogotá.

Desde que finalizaron las obras, la CAR ha realizado constantes monitoreos de las aves en la cuenca media, recorridos donde ha evidenciado un considerable aumento de especies como alcaravanes, tinguas (entre ella la bogotana, pico rojo y pico verde), garza azul, monjita bogotana y el gavilán maromero. El pato canadiense, una especie migratoria, también regresó al lugar.

Según la corporación, cuando la ampliación y optimización de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Salitre ya esté funcionando, es decir en 2021, realizará un nuevo monitoreo de las aves residentes y migratorias.

Desde 2016, cuando terminaron las obras en la cuenca media, la población de aves es mayor en la zona. Foto: Empresa de Acueducto.

Una caracterización total de la población de aves se llevará a cabo hacia 2028, cuando las PTAR Salitre y Canoas traten la totalidad de los vertimientos que hoy en día hacen agonizar al río Bogotá.

“La contaminación actual del río nos impide hacer una análisis preciso de la cantidad de aves que han vuelto a la cuenca media. Hay que esperar a la mejora en la calidad del agua, pero vamos por buen camino”, dijo el Torres.

Cuando las aguas residuales sean tratadas, las aves gobernarán toda la cuenca media del río Bogotá. Foto: Empresa de Acueducto. 

Incendios al acecho

En febrero de este año, el humedal Tibanica, ubicado entre la localidad de Bosa y el municipio de Soacha, registró el incendio más grande en la historia de los humedales de la capital, llamas provocadas por personas malintencionadas que arrasaron con nueve hectáreas de vegetación.

El incendio pudo ocasionar daños irreversibles para este ecosistema, en especial para una especie de ave que no ha sido registrada desde 2014. “La pareja de cucaracheros de pantano que vimos ese año, un ave endémica de los humedales de Bogotá, pudo recibir los impactos de ese incendio", dijo Jorge Escobar, director de la Fundación Humedales Bogotá.

Escobar indicó que en los últimos años, Tibanica ha padecido por cinco incendios, "por lo que es muy posible que esa especie no exista ya dentro del área urbana de Bogotá”.

En el altiplano cundiboyacense ya desapareció el zambullidor andino, un ave endémica que fue vista por última vez en 1970, por lo cual está listada como una especie extinta.

* Este es un contenido periodístico de la Alianza Grupo Río Bogotá: un proyecto social y ambiental de la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación SEMANA para posicionar en la agenda nacional la importancia y potencial de la cuenca del río Bogotá y  sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana.