La microlicia colombiana es endémica de los Andes nororientales de Colombia. Esta especie solo se localiza en Boyacá cerca del límite sur del Parque Nacional Natural Pisba y en Casanare. Foto: Cortesía Instituto Humboldt

BIODIVERSIDAD

Siete nuevas especies fueron halladas en Boyacá

Seis especies de flora y un anfibio fueron descubiertos en este departamento por investigadores del Instituto Von Humboldt y la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. El trabajo de expediciones tardó dos años y se extendió a 24 municipios.

4 de febrero de 2020

Luego de dos años de trabajo a lo largo y ancho del departamento de Boyacá, investigadores del Instituto de Investigación Alexander Von Humboldt y la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, hallaron siete nuevas especies para la ciencia que no habían sido descritas antes en esta región del país. 

De estas especies, seis son plantas y la otra es un anfibio que fue encontrado en una zona del municipio de Pauna. De acuerdo con información dada a conocer por los investigadores del instituto, dentro de las especies de flora se ecuentra un árbol parecido al laurel, otros dos de la familia de los siete cueros y una planta de la familia de las solanáceas, la cual fue hallada en las Serranía las Quinchas. Los otros dos árboles se ubicaron en el páramo de Ocetá, en Monguí. 

Juan Manuel Ochoa, subdirector de Investigaciones del Instituto Humboldt, manifestó que además de ser una información que es clave para la ciencia, también lo es para las comunidades y gobernantes de las regiones en donde se adelantaron los estudios, ya que esta sirve para la toma de decisiones, por ejemplo, en las aprobaciones de los planes de ordenamiento territorial, o para el desarrollo de proyectos de turismo de naturaleza, que permitan aprovechar el potencial de estas zonas de manera sostenible. 

En el marco de este proyecto, denominado Boyacá Bio, fueron varios los ecosistemas visitados por los investigadores, quienes no solo hicieron presencia en áreas protegidas, sino también en otras que son habitadas por comunidades. Entre los lugares que fueron objeto de investigación se encuentran, entre otros, el Santuario de flora y fauna Iguaque, la Laguna de Tota y diferentes páramos como Rabanal, Ocetá, Pisba y Bijagual; así como la Cuenca media del Río Chicamocha.

Los investigadores realizaron 17 expediciones en 24 municipios boyacenses, con duraciones que oscilaban entre 4 y 11 días, dependiendo del número de grupos de especies que se fueran a analizar.

Un aspecto, que para Ochoa fue importante, es que en las expediciones además de los expertos y profesionales en las diferentes áreas, también participaron representantes de las comunidades bajo el modelo de "ciencia participativa", una experiencia que esperan replicar en otras regiones del país.

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En el caso de Boyacá, las mismas comunidades se encargaron de crear la aplicación Soy Naturalista ,a través de la cual brindaban información. En esta herramienta tecnológica alcanzaron a almacenar información de 166 especies, dice Ochoa, lo que muestra el interés de los habitantes de las zonas no solo por conocer su entorno, sino por validar las formas de cuidar y proteger los recursos con los que conviven.

"Es interesante ver como se genera esa apropiación de la naturaleza por parte de las comunidades", dijo el directivo.

En este momento, el Instituto está realizando el proceso de socialización de los resultados del trabajo en varias localidades con el equipo de investigadores, trámite que esperan culminar antes de que finalice el presente mes. El objetivo final es democratizar la información. 

El proyecto, que fue formulado junto con la Gobernación de Boyacá, tuvo un costo aproximado de 8.000 millones de pesos y fue financiado con recursos de regalías. 

Nariño Bio

Los investigadores del Humboldt ahora ya tienen en la mira un nuevo proyecto, el cual iniciarán este mismo mes. En esta oportunidad se trata de Nariño Bio, en donde trabajarán con comunidades indígenas y en asocio con la Universidad de Nariño.

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De acuerdo con José Manuel Ochoa, este proceso también durará en promedio dos años y el objetivo será, al igual que en Boyacá, recopilar la información necesaria que permita no solo realizar los análisis científicos, sino que sirva de herramienta a las comunidades y gobernantes para tomar decisiones en torno a la mejor forma de preservar y cuidar su biodiversidad y también validar de qué manera estos territorios pueden ser aprovechados de forma sostenible.