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ECOLOGÍA

Turismo con ballenas: ellas también necesitan vacaciones

Para los mamíferos marinos, el turismo y los barcos suponen con frecuencia un problema. Así piensan por lo menos las organizaciones medioambientales.

Alianza DW
18 de agosto de 2017

Las organizaciones medioambientales y de protección de animales han criticado repetidamente que los mamíferos marinos vivan en cautiverio en acuarios y zoológicos. Pero las ballenas están también en peligro incluso en su hábitat natural. Muchos turistas quieren experimentar unas vacaciones con sabor a aventura en detrimento de estos animales.

En los últimos años, se ha puesto de moda que los turistas naden junto a las ballenas. Las organizaciones medioambientales han lanzado el grito al cielo, criticando estas prácticas como en el Santuario Pelagos, en el Mediterráneo entre la isla de Cerdeña, Italia, y la costa francesa.

Los barcos pueden matar animales

Otro de los problemas para los cetáceos son las colisiones con los barcos, la causa de muerte natural más común: 40 al año en dicha región. Muchas si se considera que las ballenas por regla general solo dan a luz una vez en sus vidas. "Los animales se procrean muy despacio", dijo Denis Ody, experto marino y de costas de WWF en Francia.

El tráfico marítimo en el Mediterráneo se ha duplicado desde 2002 y se espera que siga aumentando, aseguró el experto. En el Santuario Pelagos, el riesgo de colisión es tres veces mayor que en otras partes del Mediterráneo, porque allí viven muchas ballenas y hay muchos turistas. "Es como si hubiera una autopista en medio de una reserva natural", concluyó Ody.

Desde julio de 2017, los barcos de más de 24 metros de eslora y que circulan por el Mediterráneo deben contar con un sistema anticolisión, por lo menos los de bandera francesa. Se trata de un dispositivo llamado REPCET, que advierte al timonel de las ballenas.

Naturaleza perturbada

Pero también en las zonas sin tráfico marítimo, los mamíferos marinos no tienen tranquilidad. La nueva moda es localizar ballenas con aviones que vuelan muy cerca del mar para luego acercar a los turistas y estos puedan nadar junto a ellas.

El contacto directo con las personas puede ser perjudicial para esos animales, afirmó la ONG France Nature Environnement (FNE). La presencia de personas molesta a las ballenas cuando comen y cuando se procrean, dividen a los grupos de cetáceos o incluso separan a los recién nacidos de sus madres.

¿Se divierten las ballenas con las personas?

Pero no todos están de acuerdo con estas críticas, como los seguidores de "Nadar con ballenas". Las ballenas se acercan por voluntad propia a los botes y los turistas no las molestan en absoluto: "Las organizaciones medioambientales tendrían que ver cómo reaccionan los delfines", dijo Isabelle Frémont, representante de una empresa de turismo francesa.

Los turistas no nadan si hay recién nacidos y las ballenas están cazando, dijo Frémont. Además, a los animales no se les da de comer. Los delfines son animales depredadores y no probarían ni una sardina, añadió.

La Sociedad para la Explotación Marítima Profesional en la Costa Azul (COMPA) ha publicado un informe propio con normativas para una práctica sostenible en la región. En dicho documento se destaca sobre todo que solo se puede acercar una embarcación a los animales y que se prohíbe el contacto directo con los cetáceos. "No hay motivos para prohibir todo esto completamente y estamos preparando documentos para que el Gobierno nos dé su visto bueno", explicó Frémont.

En algunas regiones del mundo, como en México, nadar con las ballenas se ha convertido en parte del turismo sostenible y las ONG incluso promueven esta práctica, pero siempre bajo condiciones muy estrictas.