Plantaciones de flores.

Negocios Verdes

Edificando empresas más sostenibles y rentables

Una alianza público privada gestó un programa que generaría ahorros inmensos en dinero y recursos naturales.

13 de mayo de 2014

Flores de Tenjo, una empresa de producción y exportación de flores con 35 años de experiencia en el mercado estaba perdiendo 66 millones de pesos al año, por utilizar equipos que consumían mucha energía.

 A mediados de noviembre de 2013 la compañía se adhirió a un programa para mejorar la productividad y aminorar los efectos de la actividad sobre el medio ambiente y sus finanzas.

Se trata del Programa Red de Empresas Sostenibles- RedES CAR- una alianza académica, privada y pública que ayuda a las empresas a encontrar problemáticas que puedan convertirse en beneficios para el negocio, tanto económicos como ambientales.

La empresa ingresó como parte de Asocolflores, el gremio de los floricultores, junto a otras 14 empresas del mismo. El objetivo era generar Programas de Producción más Limpia (PML).

Tras cinco meses de trabajo, Flores de Tenjo fue reconocida junto a las otras trece empresas del gremio involucradas, durante el cierre y la rendición de cuentas de este ciclo del programa.

La compañía presentó durante el evento la proyección de un ahorro económico de 114 millones de pesos anuales. Los ahorros en energía, agua y fungicidas serían importantes también.

Su inversión fue de 197 millones de pesos y consistió en implementar un sistema de riego con agua electrolizada, el cual permitiría disminuir el uso de plaguicidas.

Para Nicolás Estrada, jefe de mantenimiento de la compañía la parte más difícil fue “afrontar el temor al cambio”.

Estrada dijo a Semana Sostenible que hacer parte de este proyecto les desarrolló un “ojito mágico” para convertir antiguas problemáticas en oportunidades para mejorar la productividad.

¿Qué es RedES-CAR?

El programa nació hace 15 años con una metodología elaborada por el Centro de Estrategia y Competitividad de la Universidad de los Andes. En ese momento fue implementado en dos ciclos, pero no prosperó.

Posteriormente fue llevado a México, en donde la Procuraduría Ambiental lo expandió a “600 cadenas y más de 6000 empresas” en palabras de Alex Saer, director de operaciones de RedES CAR.

Saer explicó que la ausencia de acompañamiento por parte del sector público incidió en el inicial fracaso del programa en Colombia. 

“Se trata de migrar de ese paradigma tradicional que relaciona las inversiones en el medio ambiente con pérdidas económicas” dijo Saer a Semana Sostenible. “Por eso se trabaja con cada empresa en la identificación del origen de los problemas para así prevenir, en vez de mitigar”.

Esas soluciones tradicionales a las que se refiere Saer son aquellas que se utilizan para controlar problemáticas relacionadas a las emisiones contaminantes o al tratamiento de residuos.

Por ejemplo, si la actividad económica de una empresa productiva genera grandes cantidades de vertimientos contaminantes se crean piscinas para almacenarlos. Estas necesitan mantenimiento y por ende, dinero constante.

Es por esto que el enfoque del programa se centra en que las empresas encuentren sus problemáticas y diseñen las soluciones, para que “el conocimiento quede embebido en la compañía”, continúa Saer.

La otra parte del programa consiste en crear redes entre empresas similares para compartir experiencias de aprendizaje.

Alfred Ballesteros, director de la Corporación Autónoma Regional (CAR) dijo que este tipo de programas eran necesarios para imprimir mayores criterios de sostenibilidad y manejo ambiental en el sector productivo.

Ballesteros explicó a Semana Sostenible que anteriormente “se consideraba perverso el hecho de que las autoridades ambientales se sentaran con un sector privado que realizara actividades que impactaran al medio ambiente o que hacían uso de los recursos naturales”.

Sin embargo, él considera que los planes y las estrategias ambientales deben trabajarse de la mano con el sector privado.

“El tema ambiental va más allá del control y la sanción” continuó Ballesteros. “Se trata de educar a las empresas a ser más sostenibles”.


Las proyecciones del programa RedES-CAR en Asocolflores

Los proyectos formulados por las empresas floricultoras estiman un ahorro de agua de 387.014 m3/año.

Con esa agua se podrían abastecer permanentemente a 9415 personas en un año y dotar de energía eléctrica a 145 hogares en ese mismo tiempo.

Por el ahorro de plaguicidas las compañías podrían disponer de 3356 envases al año. En general, de llevarse a término exitosamente la iniciativa, se producirían ahorros en basura equivalentes a los desperdicios de 4756 personas en un año.

El programa ReDES CAR cuenta con el apoyo de la Universidad de los Andes, la Corporación Autónoma Regional (CAR) y varias empresas aliadas.