Barranquilla Containers Terminal. La ciudad hace parte del programa de Ciudades Sostenibles que lidera Findeter y el BID. (Foto: Findeter)

INFORMACIÓN INSTITUCIONAL

El camino hacia la sostenibilidad urbana

El crecimiento poblacional, los impactos del cambio climático y la construcción de entornos en función de la paz, son algunos de los desafíos para el futuro de las ciudades colombianas.

6 de julio de 2016

Según el Sistema de Ciudades del Departamento Nacional de Planeación (DNP), cerca del 75% de la población colombiana vive en centros urbanos y hacia 2050 esta proporción aumentará al 89%. Durante las próximas cuatro décadas, cerca de 20 millones de personas llegarán a las ciudades demandando vivienda, transporte, servicios públicos y sociales, entre otros.

Las ciudades son el motor del crecimiento económico del país. Según el Banco Mundial, en los últimos 40 años las actividades realizadas en estos lugares han aportado, en promedio, más del 50% del crecimiento del producto interno bruto (PIB) nacional. Actualmente, cerca del 85% del PIB se produce en los centros urbanos.

Vea: ¿Qué es y qué no es una ciudad inteligente?

En Colombia se observa una tendencia heterogénea en el crecimiento de la huella urbana, es decir, en la impronta que deja la expansión urbana en determinado periodo de tiempo. Hay ciudades que crecen a una tasa anual de 8,9% como Barranquilla, otras, como Valledupar, incrementan anualmente su huella urbana en un 2,2% y otras como Montería crecen solo el 0,65%. En ese sentido, la gran mayoría de centros urbanos están a tiempo para planificar su crecimiento de forma que se garantice un uso eficiente e inteligente del suelo, acorde con la vulnerabilidad del territorio y los crecientes efectos del cambio climático.

El reto para las ciudades colombianas es aún mayor debido a las notorias afectaciones que en los últimos años han causado fenómenos como El Niño y La Niña. En promedio, se calculan pérdidas anuales en el PIB del 0,49% en el periodo comprendido entre 2011 y 2100.

Así mismo, las ciudades del país se deberán repensar en el marco del proceso de paz, para consolidarse como espacios de inclusión que ofrecen oportunidades de vida para todos los colombianos. De ahí surge la necesidad de pensar y trabajar por el desarrollo de las ciudades desde una perspectiva de sostenibilidad. Una ciudad sostenible es aquella que ofrece una alta calidad de vida a todos sus habitantes, enfrenta la pobreza y la desigualdad urbana sin comprometer los recursos y posibilidades de las futuras generaciones. También es un lugar con una infraestructura a escala humana, que minimiza sus impactos sobre el medio natural y se adapta a los efectos del cambio climático; que cuenta con un gobierno local con capacidad fiscal y administrativa para mantener su crecimiento económico y para llevar a cabo sus funciones urbanas con una amplia participación ciudadana.

Con la intención de aportar en la consecución de estas metas, en 2012 la Financiera del Desarrollo (Findeter) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) formularon el programa Ciudades Sostenibles y Competitivas. El objetivo es impulsar el desarrollo sostenible de las ciudades intermedias del país mediante la promoción de un enfoque integral basado en una visión de desarrollo urbano estratégico propio de cada lugar. El programa se implementa en estrecha colaboración con los mandatarios locales, los actores estratégicos presentes en el territorio y la ciudadanía. Se desarrolla por medio de la identificación, validación, priorización y el apoyo en la implementación de intervenciones que se encaminen a un desarrollo sostenible y competitivo de las ciudades.

El proceso anterior se materializa a través de dos aspectos. En primer lugar, se elabora un diagnóstico integral de la situación de la ciudad en las cuatro dimensiones de la metodología: ambiental, urbana, económica y social, y fiscal y gobernanza. Luego, se diseña un plan de acción que identifica, prioriza y plantea los proyectos estratégicos que la ciudad deberá acometer para encaminarse en la senda de la sostenibilidad y la competitividad.

En este sentido, el programa incorpora la provisión de servicios públicos de primer orden, la planificación en sectores como la movilidad y los espacios públicos, la preservación de los activos ambientales, la generación de estrategias culturales y el acompañamiento en procesos de gestión y modernización del funcionamiento de los entes rectores de las ciudades.

Catorce ciudades intermedias en Colombia tienen hoy la oportunidad de proyectar su desarrollo de manera ordenada y planificada. La iniciativa comenzó su implementación en 2012 en Barranquilla, Bucaramanga, Manizales y Pereira. Posteriormente, ciudades como Montería, Pasto y Valledupar elaboraron su plan de acción. Actualmente se está trabajando en las ciudades de Villavicencio, Santa Marta y Cartagena, y este año ingresaron Ibagué, Neiva, Riohacha y Popayán.

Si bien la etapa de diagnóstico, estudios base y formulación del plan de acción toma aproximadamente 16 meses, el objetivo es lograr la implementación de proyectos integrales que encaminen a las ciudades en una senda de sostenibilidad, competitividad y sobre todo, bienestar para la gente. Hasta marzo del presente año, este programa ha apalancado proyectos por 2,4 billones de pesos que han servido para avanzar hacia esas metas.

La implementación se ha venido adelantando con diferentes entidades y con las alcaldías. Por ejemplo, se destacan las inversiones en Barranquilla, donde se ha avanzado en la ejecución de proyectos como el Plan de Manejo y Protección del Centro Histórico, que incorporó la resignificación de la margen derecha del río en zonas próximas; un plan centro de movilidad y la recuperación de callejones. Así mismo, Findeter financió la estructuración del Plan Maestro de Espacio Público con el fin de incrementar su área efectiva por habitante a través del mejoramiento del espacio existencia y la generación de nuevos centros de esparcimiento.

Vea: Movilidad: la pieza central de las ciudades

Para el caso de Montería, se ha avanzado en la implementación del plan de acción a través de la financiación del mapeo del sector cultural y creativo de la ciudad, el diagnóstico de la red semafórica, la recuperación del mercado central y su zona de influencia, y los estudios ambientales de la ciudad, entre otros grandes proyectos ejecutados en el marco de las siete ciudades que ya cuentan con plan de acción.

Es importante resaltar que estos programas tienen como fin último centrar la agenda de la planificación urbana en el ciudadano, al entenderla como motor de desarrollo de estrategias para construir ciudades más prósperas, amables e incluyentes. Y es que los ciudadanos juegan un papel crucial en la construcción de territorios sostenibles, al ser quienes deberán apropiarse e interiorizar las estrategias de sostenibilidad necesarias para lograr estos objetivos.

De la misma manera, los habitantes de las ciudades, a través de la participación en la metodología y principalmente de su apropiación por medio del monitoreo, participan en la construcción de ciudad, garantizan la transparencia y hacen un efectivo seguimiento y control a la gestión del municipio en la implementación de las acciones prioritarias propuestas y en el cumplimiento de las metas de sostenibilidad.

De esta forma, el desarrollo de este programa junto al acompañamiento financiero que la entidad puede prestar, hacen que el principal propósito de Findeter sea “ser el aliado estratégico de las regiones”, en especial en el proceso de soñar, planear y construir ciudades sostenibles y competitivas para el bienestar de las actuales y futuras generaciones de nuestro país.