Gustavo Tobón, alcalde de Segovia (Antioquia)

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"Si un joven gana 5 millones de pesos es difícil que vea una opción en el estudio"

El alcalde de Segovia, Antioquia, le apuesta al deporte y a la cultura como estrategias para disminuir la deserción escolar y evitar que los niños terminen en las minas.

25 de julio de 2016

Gustavo Tobón, alcalde de Segovia en Antioquia se desempeñó en varios cargos públicos en su municipio, entre ellos como secretario de Planeación. Sin embargo, no quería ser alcalde. Fue la comunidad la que le insistió varias veces para que se lanzara como candidato y varios sectores notaron en él credibilidad y capacidad administrativa para asumir el cargo.

Desde enero, cuando empezó a ejercer como alcalde, supo que su reto era diversificar a su municipio para que no dependa solo de la minería. Aun así, esto no es tarea fácil ya que en la zona se extraen minerales desde 1855 y Segovia se fundó en 1869, es decir,  primero fue la minería que el mismo municipio. "Estamos hablando mucho con la gente, apoyando la pequeña minería para que se formalice. Pero sabemos que son recursos no renovables, así que después de la formalización queremos promover la diversificación de actividades productivas", comenta Tobón.

Una de las apuestas de la Alcaldía es  vincular a las instituciones educativas y a entidades como Fondo Acción. El problema no es solo que los niños dejan de estudiar para dedicarse a trabajar sino que muchos de los que toman esta decisión ingresan a bandas criminales a muy temprana edad. "Si no estudian no tienen alternativas ni proyección", afirma el alcalde.

Así como otros municipios antioqueños, Segovia le está apuntando al deporte y la cultura. Tobón recuerda que un joven vinculado a las drogas dejó el estudio y empezó a trabajar en las minas. Un día el adolescente le dijo que así quisiera hacer algo diferente no podría porque en el municipio no hay escenarios ni espacios para practicar deportes o hacer otras actividades. Luego de esa conversación Tobón ha tenido varias reuniones con rectores y profesores para pensar en propuestas y soluciones.

"Los niños y jóvenes se desescolarizan entre los 13 y 14 años. Si no están estudiando van a querer trabajar, y cuando ya no quieren trabajar se dedican a otras actividades, a veces ilegales. En ese momento pierden el rumbo y ya es muy difícil orientarlos.", dice con preocupación. “Y es que cuando un minero se hace con 4 o 5 millones de pesos mensuales es difícil convencerlo de que el estudio vale la pena”, concluye.