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El altamar no puede seguir sufriendo

El 63% de los océanos, pertenece a toda la humanidad pero ninguna nación o agencia es responsable por la conservación de su biodiversidad.

Sostenibilidad.Semana.com
6 de febrero de 2017

Los mares son el sustento de cerca de 3.000 millones de personas, y la extracción de sus recursos generan ingresos de más de 3 billones de dólares y 350 millones de empleos. No es de extrañar entonces que entre los Objetivos para el  Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas se establezca la necesidad de “colocar un océano vivo y en buen estado en el centro del desarrollo”.

Sin embargo, el manejo de los océanos ha sido un tema relegado y marginado en las agendas mundiales. Hasta 1994 entró en vigor un acuerdo mundial sobre cómo manejar el océano, que aún así dejó al alta mar expuesto a “la tragedia de los comunes”. El 63% de los océanos, pertenece a toda la humanidad pero ninguna nación o agencia es responsable por la conservación de su biodiversidad.

Los esfuerzos para el manejo de esta extensa área se han enfocado tradicionalmente en la explotación pesquera y más recientemente en la explotación de petróleo y minerales. Pero aún en estos temas nuestro desempeño ha sido pobre. Más de un tercio de la pesca que se realiza en el mundo es ilegal, no se declara o no está regulada.  Se estima que anualmente se extraen en forma ilegal recursos pesqueros valorados en 1.250 millones de dólares. Ante el exceso en la capacidad de pesca de las naciones y la mala gestión de los recursos, el 87% de los recursos pesqueros en el Alta mar está siendo explotado a su límite, está sobreexplotado o ya ha colapsado. Diez naciones en el mundo extraen la mayor parte de esos recursos, gracias a fuertes subsidios estatales que hacen la actividad económicamente viable.

Por otro lado, la producción submarina de petróleo y gas viene en aumento. Cada año vamos operando más adentro y más profundo. Es urgente establecer normas de seguridad internacionales de carácter vinculante, principios de responsabilidad que regulen la actividad y una mayor capacidad de manejar los posibles impactos de esta actividad.

El  Alta mar no puede seguir sufriendo, se deberán generar regulaciones mundiales que aseguren la sostenibilidad de su biodiversidad. Organizaciones Regionales podrán velar por su implementación y control, pero la Gestión de la biodiversidad en Alta mar es un tema de interés mundial. A diferencia de los ecosistemas terrestres, la conectividad en el Alta mar se extiende por miles de kilómetros enlazando una región con otra.

El reciente interés de las Naciones Unidas por generar un acuerdo internacional para la conservación de la biodiversidad marina en Alta mar es un claro reconocimiento de la relevancia de este tema. Durante los próximos años, los países del mundo estarán discutiendo la forma y contenido de este acuerdo y los países latinoamericanos deben de participar informada y activamente en el proceso.

Por esta razón Fundación MarViva está organizando talleres en Centro y Sur América para que los gobiernos conozcan y discutan temas como el uso de los recursos genéticos marinos en Alta mar, la transferencia tecnológica entre los países, la necesidad de establecer áreas marinas protegidas y de realizar evaluaciones de impacto ambiental.

Nuestra generación tiene el compromiso de entregar a nuestros hijos un modelo de gobernanza para el Alta mar. De ahí la importancia de estos talleres. Latinoamérica debe presentar una voz común y decidida en el seno de las Naciones Unidas en torno a este tema y lograr finalmente la conservación de la biodiversidad en el 50% del planeta.