OPINIÓN
Decálogo desde el confinamiento por la pandemia
Después de más de 100 días de este odioso confinamiento, el más largo al que han sido sometidas las generaciones humanas vivas, y con la intención de que no sea en vano, propongo un decálogo de lecciones personales experimentadas, más que suficientemente aprendidas.
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- No somos especie tan predominante. Somos una más de las millones que pueblan el planeta, pero nuestra arrogancia nos supuso inmunes a nuestros predadores y exitosos competidores por los recursos naturales. Pero no hay tal, somos solo otra especie, de las tantas que han poblado el planeta y que en el 99 % de los casos han desaparecido. Ahora, una de las formas de vida que ni siquiera sabemos clasificar a ciencia cierta, un “insignificante” bicho microscópico, ha puesto en evidencia nuestra enorme vulnerabilidad.
>Hemos dado valor exponencial al riesgo de la explosión demográfica, al haber logrado aumentar la longevidad de los individuos y disminuir la morbilidad en infantes. En este caso, el éxito de la salubridad y de las ciencias médicas ha generado bienestar en los individuos, pero desequilibrio en la sociedad, de manera que ante la incertidumbre de nuevas enfermedades, la respuesta es tardía. La presente pandemia nos lleva a nuevos equilibrios en los que la población más vieja tiene menores opciones de superarla. Pero, adicionalmente, la inequidad imperante amplía el espectro de riesgo para los ciudadanos de países en vías de desarrollo, y dentro de estos a la población mayoritaria más pobre, ya sin importar mucho su condición etaria.
El coronavirus ha hecho que las personas replanteen su forma de actuar más amigable con el planeta. Foto: GETTY IMAGES.
Este confinamiento, más que la pandemia misma, nos está generando un trauma generacional. La psique humana usa el olvido como mecanismo de control de traumas. La propuesta es que no olvidemos ni la pandemia ni la “violencia”, sino que a partir de la experiencia forjemos aprendizajes dirigidos a tomadores de decisiones, que no son, como se supone, las autoridades solamente, sino también cada uno de nosotros que permanentemente tomamos decisiones en cada compra, en cada votación, en cada acción de nuestra cotidianidad.
*Investigador titular en Gestión Territorial de la Biodiversidad del Instituto Humboldt.