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Invitación a Leonardo DiCaprio

Ante la actual situación de la Amazonia brasileña, la columnista Margarita Pacheco invita al actor Leonardo DiCaprio a apoyar el trabajo que las comunidades y algunos actores de la sociedad civil hacen en Colombia para proteger este bioma fundamental par el planeta.

Natalia Borrero
23 de agosto de 2019

Ante la horrorosa quema del bosque amazónico brasilero, se han prendido las alarmas ante la barbarie promovida por Bolsonaro que  se convierte en el presidente más detestado del planeta (junto a otros políticos cercanos que tampoco quieren la selva). Si por Brasil no llueve, por la Amazonia Colombiana también hay que frenar la destrucción. Según Rodrigo Botero, de la Fundacion para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, FCDS los fuegos provocados por grandes capitales han deforestado miles de hectáreas en Guaviare (carretera Calamar-Miraflores y Macarena en el Meta, en los Resguardos Nukak y Yaguará, Cartagena del Chaira en Caquetá y focos en Putumayo.

Las posibilidades de intervenir eficientemente en frentes tan distintos y tan distantes, con tan pocos medios, nos lleva a cuestionar la incapacidad (y/o tolerancia) de los entes de control. Ante tantos delitos contra la Amazonia, no hay, hasta ahora, un solo preso visible que esté pagando una condena en Colombia.

Ante la falta de pilas del Estado, tocará llamar a Leonardo DiCaprio a ver si con su capacidad de influir en los medios internacionales, logra que la Fiscalía arreste a unos cuantos hacendados poderosos, culpables de incendios, cultivos de uso ilícito y tala de selva. El Pueblo Waonani de la selva ecuatoriana tuvo el decidido apoyo de DiCaprio y lograron frenar la explotación petrolera del Bloque 22 en el territorio ancestral. Aquí podría influir para que la justicia decidiera arrestar a muchos de los culpables, que son intocables.

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La cantidad de fuegos provocados durante 2018 y 2019, reportados por el SIATAC – Resumen de Fuegos Diarios en la Amazonia Colombiana, del SINCHI, son un indicador que evidencia la ineficiencia de gobernabilidad en las extensas jurisdicciones departamentales de Amazonas, Guaviare, Vichada, Putumayo, Guainía, Meta, Vaupés y Caquetá. En la mayoría de las gobernaciones existen roscas políticas que siguen aferradas al poder, a regalías y presupuestos. Muchos politiqueros de esas roscas han sido facilitadores de quemas y de deforestación, que en vez de prevenirlas y sancionarlas, la han promovido abiertamente.

Pruebas hay muchas, tanto en escrituras notariadas de enormes predios, como en símbolos presentes de la colonización, entronados en las plazas de los pueblos. El hacha destruyendo un tronco de árbol, entronada en la plaza principal de San Vicente del Caguan, en el Caquetá, ilustra la dificultad de romper con el pasado y asumir el presente. Allí el Alcalde no la quita y manifiesta que no la transforma porque pierde su electorado.

Esta escultura se encuentra en la plaza principal de San Vicente del Caguán, Caquetá. Foto: Margarita Pacheco

La crisis de gobernabilidad en las regiones amazónicas da para revisar la lógica andina y urbana con la cual se diseñaron de forma inconsulta, las jurisdicciones amazónicas, desde oficinas en Bogotá. Vastas extensiones de naturaleza maravillosa y sagrada tienen varias formas de gobernabilidad superpuestas. Esto ha facilitado la actuación de grupos armados, narcotraficantes y politiqueros, en especial en época de elecciones. Los poblados distantes y dispersos en la selva, con comunidades indefensas ante delincuentes, prueban que la complejidad de la geografía y cosmovisión de culturas amazónicas no están sincronizadas con la atención apropiada del Estado. La supremacía del poder colonizador sobre Resguardos Indígenas, Parques Nacionales, Territorios Colectivos y Reservas Forestales es tan evidente, que el Estado y el Congreso podrían repensar, con las comunidades originarias, nuevas estructuras departamentales y formas de elección adaptadas a los territorios y a sus fronteras.

El drama en la Amazonia brasilera ha movido a millones de voces en el mundo. La  resistencia Waonani es un ejemplo para evitar que en Colombia se multipliquen los impactos de la minería ilegal, de la explotación petrolera, del fracking e incendios indeseados. Se requiere estar alerta antes de elecciones, durante el próximo “verano” amazónico y después de elecciones. Aterra pensar en la suerte de poblaciones indígenas y campesinas, fauna y flora silvestres, huyendo de su hábitat chamuscado, por exploraciones e incendios provocados para acaparar tierras e introducir ganadería extensiva.

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Es deber de los gobernantes de los ocho países de la cuenca amazónica firmantes del Tratado de Cooperación Amazónico, TCA, ya cuarentón, de revisar la visión y misión en el siglo XXI, en la época del antropoceno. Cómo anota Manuel Rodriguez en su libro (1) “La aceptación y comprensión de ese cambio del planeta que hemos contribuido a construir y que debemos enfrentar, es indispensable para entender el estado ambiental de Colombia y prospectar su futuro”.

Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil, Venezuela, Guyana, Surinam y Colombia están demorados en revisar la forma de cooperar para frenar la destrucción de la Amazonia. La multilateralidad está en crisis con esos tratados acartonados e inútiles.  Los gobiernos parecen aletargados ante la velocidad de destrucción que conmueve al mundo. El TCA está demostrando incapacidad de respuesta como grupo regional ante los flagelos que arrasan con la cuenca amazónica.

Ante la lánguida actitud diplomática, se alzan voces ciudadanas solidarias con los Pueblos Indígenas y la biodiversidad amenazada. Es hora de hacer un llamado a personajes  como Leonardo DiCaprio, quien puso en evidencia las palabras de una mujer Waorani, de la selva ecuatoriana, “el mundo quiere el petróleo de nuestra selva, el mundo respira oxígeno de nuestra selva. No se puede tener las dos. O el petróleo o el aire, únete a nosotros. Defendamos la selva, defendamos el aire que respiramos”. Ella lo dice mientras sostiene un cartel con la leyenda “Estoy con la Amazonía #ResistenciaWaorani”.

Para esta comunidad el bosque es el hogar que brinda protección contra el ataque y la esclavitud del mundo moderno. El Pueblo Waorani presentó una demanda para exigir protección por parte del gobierno frente a la extracción petrolera en el llamado bloque 22, en licitación por el Ministerio de Energía e Hidrocarburos del Ecuador. Con un fallo a favor de los demandantes, se reconoció la vulneración del derecho a la consulta previa libre e informada, además de la autodeterminación de los pueblos ante la explotación petrolera en la zona.

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No obstante, aunque la Ley reconoce la jurisdicción  indígena del territorio, mantiene la potestad del Estado sobre el subsuelo. Esto representa la continuidad de la lucha en tanto no se garantice la protección a largo plazo del territorio y sus ecosistemas. Este episodio evidencia la capacidad de los Pueblos Originarios para hacer frente a situaciones que a diario amenazan sus formas ancestrales de vida e invitan a la reflexión sobre la normalización que han creado los gobiernos ante este tipo de atentados a la naturaleza.

El ejemplo es útil para la Amazonia colombiana, que siendo ahora sujeto de derechos gracias a la Sentencia 4360 de 2018 de la Corte Suprema de Justicia, debe hacer valer el mandato y agrupar a las entidades públicas de la región a hacer cumplir el mandato. Esta fue promovida por un grupo de 25 colombianos, entre los 7 y 25 años, con el apoyo de Dejusticia. Lograron hacer valer sus derechos de tercera generación, en virtud de principios constitucionales. Por esta razón, la Corte ordenó a la Presidencia y a autoridades competentes a que formulen un plan de acción de corto, mediano y largo plazo para contrarrestar la tasa de deforestación en la Amazonía, y se haga frente a los efectos del cambio climático.

Acciones audaces deben ser estimuladas a varios niveles territoriales: ante la situación actual, los países de la cuenca amazónica deberían solicitar un Consejo de Seguridad a las Naciones Unidas, urgiendo al gobierno brasilera a cambiar el enfoque colonizador y devastador por uno de respeto a la naturaleza. La Cancillería de Colombia podría liderar una propuesta audaz de desmontar el acartonado Tratado de Cooperación Amazónica con sede en Brasilia, y proponer cambios de estructura, de sede y de alianzas estratégicas para enfrentar el cambio climático. Sería una opción para que la multilateralidad recupere credibilidad.

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Para esto se requiere la voluntad política de los países de la cuenca.  Así como Colombia lideró diplomáticamente el diseño de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS en Brasil, así podría liderar el desmonte del TCA, pedir sanciones a la posición destructora de la amazonia brasilera y consultar el diseño de un mecanismo multilateral que sea útil.  Para adelantar esa acción, el ejemplo empieza por casa. 

Para ganar camino en esas iniciativas internacionales y nacionales, la invitación a Leonardo DiCaprio seria oportuna. Este sería el mensaje:

Como todos sabemos, el bosque tropical húmedo del Amazonas está ardiendo. Aquí en Colombia, nosotros los amantes de la Amazonia estamos determinados a frenar esta tragedia.

El Primer Festival de Cine Amazónico en Colombia es nuestra última oportunidad para ampliar la conciencia ciudadana ante la maravilla natural y cultural que es la Amazonia. Ante la catástrofe que está sucediendo, urgen acciones para detenerla. Le escribimos para obtener su apoyo en la forma que lo pueda proveer.

Nos encantaría invitarlo para que participe en nuestro Festival en Mocoa, Putumayo. Usted es una voz poderosa para el planeta. Su presencia sería muy significativa y nos encantaría recibirlo. Si eso es imposible, un mensaje suyo tendría un gran impacto.  

Nuestro festival, asesorado por el Festival de Cine de Cartagena, tiene muchos significados. Tendrá lugar en uno de los lugares más espectaculares de la selva, en el Medio Putumayo, y atraería la atención sobre una ciudad que fue devastada por una avalancha, y una región que fue el escenario de un largo conflicto. Ahora está en paz.  Nuestro festival está diseñado para que sea parte de un proceso de sanación. Reunirá Pueblos Indígenas, colonos, políticos, científicos y cineastas, de manera que colectivamente podamos discutir y soñar un futuro sostenible para el bosque húmedo tropical.  Tenemos motivos para celebrar y nos gustaría mucho que nos acompañara. El FICAMAZONIA tendrá lugar en Mocoa, del 2-6 de octubre, 2019. Llegar allá es fácil y por supuesto, nos encargaremos de arreglar su venida.

Saludos cordiales

El equipo FICAMAZONIA

P.D. Soñar no cuesta nada y de pronto DiCaprio nos da una buena sorpresa aceptando la invitación para apoyar la defensa de la Amazonia Colombiana.

(1) Rodriguez, Manuel.2019. “Nuestro Planeta, Nuestro Futuro”. Capitulo 1 El Planeta Tierra y el Antropoceno. Pagina 21.