Home

Opinión

Artículo

Opinión

Muchos Troncos

Cuando usted termine de leer este artículo, 50 hectáreas de bosque natural se habrán tumbado en el mundo, y 16 se habrán plantado.

1 de abril de 2014

Estas áreas generarán a su vez  en este mismo lapso de tiempo, 55 Gwh para las redes de transmisión eléctrica, un millón de dólares en ventas y capturarán 10 toneladas de dióxido de carbono.

Las alarmantes cifras de areas (y biodiversidad) perdidas,  generadas por el CIFOR y ahora monitoreadas por recien creado Global Forest Watch (GFW)  a raíz del Día Internacional de los Bosques, lo que pone de evidencia es que han sido gritos de silencio los pedidos para preservar los bosques nativos durante las últimas dos décadas, perdiendo en promedio 15 millones de hectáreas por año.  Y que no se venga a culpar de nuevo al sector agropecuario como el "terminator" de estos bosques, pues detrás del bosque se esconde, además del negocio de la madera, la minería y las grandes obras de desarrollo. Incluso, y para tranquilidad del mundo bovino, la intensificación sostenible en Brasil muestra cómo si fue posible aumentar el hato ganadero y reducir los niveles de deforestación.

Ahora bien, el mensaje alentador en estos días "de bosque", viene y seguirá viniendo de los bosques plantados, que en promedio han contribuido con una ganancia de masa forestal de 10 millones de hectáreas anuales y que afortunadamente, gracias a innovaciones en su cadena, no son usados meramente para leña, postes o papel, sino incluso para la producción de bioenergía, como el que está desarrollando recientemente la empresa Voltree.

Colombia,  con cerca de 15 millones de hectáreas aptas para la reforestación comercial (todas al interior de su frontera agrícola) cuenta con 500 mil sembradas que le está permitiendo (finalmente) despegar y demostrar que no todo lo que produce el campo debe ser "papas, arroz y carne", y contribuir con cerca del 25% de la demanda nacional, que se ubica en 4 millones de metros cúbicos.

Tenemos a la mano ejemplos a seguir como Brasil, Uruguay y Chile (entre los tres cuentan con 10 millones de hectáreas) , donde más allá de los esquemas de financiación (similares al Certificado de Incentivo Forestal nuestro), han desarrollado esquemas de investigación, asistencia técnica, logística e industrialización de toda la cadena productiva.

Sumado al potencial forestal de Colombia (y sin meter los peros que salen siempre en temas para cualquier inversión de largo plazo en Colombia) , los 600 metros cúbicos que produce en promedio una hectárea de plantación comercial madura, son los mismos que se obtienen en  30 hectáreas de bosque nativo. Es aquí, en la reforestación comercial, donde está el principal incentivo para proteger la inmensa biodiversidad de bosque natural que aun tenemos en nuestro planeta, y que segun el GFW, nos quedan aun 3.890 millones de hectáreas en pie (30% del área del planeta).

Serán pues,  los núcleos forestales comerciales (de cualquier especie) los que le den voz y voto a los gritos de silencio que durante tanto tiempo han clamado por un cambio forestal mundial. Y de paso, que tanto planteamiento tronco en contra de la reforestación comercial, sea cambiado por muchos, muchos troncos.