SOHO es una revista ética, o por lo menos procura serlo permanentemente. Lo que es diferente a que sea una revista moral.

Responsabilidad como medio

Caso SoHo

Tocar temas que muchos piensan son 'tabú', apoyar causas a aprtir del desnudo y apostarle a las grandes historias han sido parte de la bandera que defiende la revista SoHo. Entrevista a Daniel Samper Ospina, director de la revista.

4 de octubre de 2012

 ¿SoHo es una revista independiente?
DANIEL SAMPER: Ciento por ciento independiente. Nunca como director he recibido ni media seña, ni media cortapisa para medir un tema editorial con el fin de no causar inconvenientes al dueño o a la parte comercial.

¿Cómo se vive la independencia dentro de la redacción de la revista?
D.S.: Yo creo que SoHo se ha caracterizado por ser una revista en la cual no hay cortapisas de ningún orden. No hay cortapisas morales para que las personas puedan exponer sus ideas, y muchas veces la revista las ha llevado a cabo. Generalmente las lleva a cabo.

¿Hay algún tema en el que haya tenido un problema con anunciantes por lo que sale en la revista?
D.S.: No descarto que algunas ediciones de SoHo hayan producido algunas incomodidades en anunciantes, pero la verdad, no fueron tan significativas como para que yo recuerde alguna en especial. Al contrario, yo creo que SoHo se ha distinguido siempre por gozar de muchísima libertad  creativa.

Ha roto algunos moldes porque la misma empresa le ha permitido crecer con esa libertad. Una de las grandezas de SEMANA es que por encima del criterio corporativo está el criterio periodístico, lo que no sucede en otras revistas o en otros medios en los cuales, por ejemplo, se debe omitir la precisión de la fuente con tal de no hablar de la competencia.

Aquí, al revés, no hay ningún tipo de corporativismo que opaque el criterio periodístico, que es el principal criterio de cada revista. La misma empresa ha dado muestras de casos en los que dos columnistas, por ejemplo, de una misma revista pueden enfrentarse. Recuerdo un caso de exceso de libertad de la misma empresa, cuando SoHo publicó una denuncia sobre un supuesto plagio de Hernando Gómez Buendía, que en ese momento era columnista de SEMANA.   

En esa ocasión, ¿cómo manejaron el tema?
D.S.: Hablamos entre directores, salió la nota y no afectó la relación de los directores. La noticia fue tomando su propio curso. Hay una independencia no solo de las revistas con respecto a los grandes poderes, el poder político, el poder comercial, sino también de la revista con respecto a la empresa a la que pertenece. Publicaciones Semana ha tenido la grandeza de entender que en el negocio periodístico la independencia es un deber.  Es fundamental para que el negocio salga bien, muy por encima de cualquier criterio corporativo.

Hubo un tema muy polémico, que fue La última cena, con Alejandra Azcárate. ¿Antes de que saliera sabían que iba a ser un tema polémico? Después, ¿cómo lo manejaron?

D.S.: Suponíamos que podía ser polémico, y simplemente lo publicamos. La empresa nos brindó todo el soporte, no sólo anímico sino también jurídico, para enfrentar esa causa, que en el fondo era una causa que reivindicaba la libertad de expresión. Voy a contar una anécdota que habla sobre la independencia. Una de las pocas veces que he consultado algo con el dueño de la empresa, porque no me sentía seguro con algún contenido de SOHO, fue cuando por primera vez hicimos una versión de SOHO para mujeres.

La revista era la misma, solo que por un lado iba para hombres y por el otro para mujeres, y en la portada iba una foto del Tino Asprilla con una hoja de parra removible, que si uno la quitaba pues
mostraba en plena exposición su pene. Cuando se lo consulté a Felipe López, él no estuvo de acuerdo con hacerlo, pero me dijo que hiciera lo que yo creía. Nunca me dio una orden, nunca me dijo “no lo haga”. Me dijo “esto es una opinión, yo personalmente no lo haría, pero pues tome usted el riesgo
si quiere tomarlo”. Tomé el riesgo y gracias a Dios salió bien.

Felipe López, y Publicaciones Semana a través de su espíritu, trata de contagiarles a los demás la creatividad, la osadía y otros valores que son muy opuestos a la censura.   

Con los temas polémicos que ustedes han tratado, ¿cómo hacen para salir bien librados con los problemas, por ejemplo jurídicos, que se les vienen encima?

D.S.: Creemos en lo que hacemos, tenemos el sentido común de saber que lo que hacemos no es ilegal, y las peleas que estamos dispuestos a dar no van en contra del sentido común,
sino en contra de cierto oscurantismo, de cierta doble moral, de cierta moralina que recubre algunos sectores de la sociedad. Nosotros provocamos las reacciones de ese sector, pero en ningún momento estamos traspasando. Sabemos identificar con claridad las diferencias que existen entre la moral y la ética.

SOHO es una revista ética, o por lo menos procura serlo permanentemente. Lo que es diferente a que sea una revista moral. Es decir, la moral es subjetiva, cada persona tiene su propia moral. A mi abuela le puede parecer terrible un desnudo de Amparo Grisales, pero probablemente a mi papá no. Lo que sí debe ser común para todos es la ética. No sé, tomarle una foto desnuda a Amparo Grisales sin que ella sepa y publicarla. Eso jamás lo haría SoHo. Pero provocar unos rezagos de una moral un poco anquilosada que existe en Colombia, sí lo hace SoHo y lo hace además con gusto.

Y eso tal vez también tiene que ver con otro de los compromisos de la empresa, que es la calidad periodística, siempre tratar bien los temas, confirmar las fuentes…

D.S.: Bueno, SoHo trabaja con las mejores firmas que hay en Hispanoamérica. Asumimos que cada vez que escribe Fernando Savater una opinión, o Fernando Vallejo o Martín Caparrós, pues estamos abriéndoles el espacio no solo a unos periodistas o escritores profesionales, sino a unos verdaderos
maestros del oficio. De modo que eso ya de entrada es una garantía de responsabilidad.                                                

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