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CURIOSIDAD

Balones, de las vísceras animales a lo sintético

El uso de órganos animales fue la constante en la fabricación de balones de fútbol y rugby, sin embargo, a partir de la década del sesenta los materiales sintéticos marcaron el fin del sufrimiento animal.

17 de mayo de 2017

El uso del tiempo libre ha sido una de las necesidades humanas más difíciles de satisfacer, antiguas culturas como la egipcia, la china y algunas precolombinas, inventaron juegos que involucraban un balón. La parte poco “ambiental” de los juegos era el balón que por lo general estaba hecho con base de viseras animales, casi siempre la vejiga de algún cuadrúpedo, un órgano resistente que servía para que el proyecto de balón recibiera impactos sin deformarse o romperse, eso sin contar que la piel del mismo animal era el recubrimiento de la esférica.

Solo hasta el Siglo XX se empezaron a usar materiales sintéticos para evitar el sacrificio de animales, deportes como el baloncesto, el voleibol, entre otros, sustituyeron el cuero animal por materiales que permitieran un mejor desempeño de los deportistas y fomentara la protección de distintos animales. Esta es la historia de cinco deportes que prefirieron no continuar con el maltrato animal.

El balón de fútbol

En 1863 se estableció la Football Association o FA en Inglaterra, para entonces el balón usado en la primera competición futbolística oficial era elaborado con el centro de la vejiga de un cerdo, recubierta con cuero animal y cosida con cordón de tiento (cinta de cuero animal). Esta pelota se caracterizaba por la deformación producida por las patadas que generaba rebotes inesperados y dificultad para su manejo. Cuando llovía la pelota se ponía pesada y aumentaba su tamaño por la absorción de agua, además la exposición de los cordones al sol los endurecía y afilaba, produciendo lesiones y cortes en los jugadores.

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Sin embargo, un salto importante se dio en 1938 cuando la vejiga fue reemplazada por un material elástico a base de caucho el cual tenía una válvula inflable lo que permitía inflar la pelota sin descoserla. En 1950 se eliminó cualquier tipo de cosido en los balones, efecto que redujo el peligro para los jugadores. En 1960 la revolución textil favoreció al fútbol cuando el cuero sintético usado para fabricar ropa se implementó para producir el primer balón sintético.

El balón ovoide del rugby

El balón de rugby sorprendentemente era esférico cuando se creó este deporte a principios del Siglo. Todo esto cambió cuando el zapatero William Gilbert buscó una manera sencilla de transportar el balón con la mano y usó los mismos materiales de la pelota de fútbol, la diferencia es que en su versión al inflarla a pulmón daba una forma entre ovoide y redonda. En 1835 Gilbert consiguió darle una forma más ovalada que permitió un mejor agarre con la mano, particularidad que permanece hasta la actualidad.

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En 1870 el caucho reemplazó para siempre a la vejiga animal pero, por su baja resistencia, en 1871 se crearon las primeras normas referentes a la forma y dimensiones del ovoide. Así se implementaron los primeros balones hechos con material no animal hasta que el boom del cuero sintético de la década del sesenta le permitió a este deporte usarlo para el revestimiento de los balones.

La esfera del baloncesto

En 1891, cuando se creó el baloncesto en Estados Unidos, la primera bola usada fue una de fútbol, esto conllevó a varios inconvenientes para el desarrollo del juego como la falta de rebote y la falta de agarre. Tres años más tarde se modificó el tamaño de la pelota para hacerla más grande que la de fútbol y recibió su característico color naranja.

Pero fue hasta 1948 que el balón cambió del cuero liso a uno poroso que le dio adherencia, pero conservó el cordón de tiento y la vejiga de cerdo, materiales que desaparecieron definitivamente en 1983 cuando la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA por sus siglas en inglés) adoptó un tipo de cuero integral para la superficie, una cámara interna fabricada con caucho sintético y una capa de hilo que separa el exterior de la bolsa interna.

La pelota de tenis

Bolas fabricadas con el intestino de varios animales fueron utilizadas para este deporte cuyo origen más aceptado data del Siglo XIV, cuando monarcas franceses inventaron el juego de palma, llamado así porque la pelota era golpeada con la mano. Sin embargo, los órganos animales hacían pesada la bola y difícil de manejar, por lo que se probó con bolsas de té rellenas de pelo de sirvientes y campesinos.

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En el Siglo XVIII cuando se implementó un campo con césped y se añadieron las raquetas, las pelotas se rompían muy fácil, así que como opción se probaron bolas fabricadas con caucho vulcanizado que les daba un aspecto blancuzco. En 1960 se cambió el caucho por goma sintética y para efectos de televisión se les cambió el color por uno amarillo fluorescente.

Una bola de combinaciones para el voleibol

En Massachusetts surgió el primer diseño de la pelota de voleibol que usó vejiga de animal como el baloncesto y el fútbol, además integró características de las pelotas de béisbol, balonmano y tenis, pero no fue adecuada porque era demasiado lenta. También se probó con balones de baloncesto pero el sobrepeso de la bola impedía mantenerla en el aire.

Para el año 1900 se creó una bola con tres capas: una de látex hecha con el mismo caucho de las llantas de bicicleta, la segunda constaba de gasa que recubría la vejiga animal y una tercera capa formada de piel animal para el exterior. Sin embargo, en la década del sesenta la Federación Internacional de Voleibol (FIVB) introdujo el material sintético, hecho que significó el fin del sufrimiento animal para la fabricación de balones.