El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia es una basílica católica de Barcelona, diseñada por el arquitecto Antoni Gaudí. Foto: Getty Images. | Foto: Getty Images

Tendencias

Espejos de la naturaleza

La innovación busca resolver problemas con ideas creativas. La biomímesis, campo de las ciencias biológicas, sugiere que las soluciones se encuentren inspirándose en la naturaleza.

5 de octubre de 2018

La creación humana parece ir en contra de la Tierra misma. Lo que construye y cómo se organiza es siempre disruptivo para su entorno y, a juzgar por el cambio climático, la contaminación y la deforestación, ya es insostenible.

Ante este panorama, hay un acercamiento a la innovación que se conoce como biomimicry, biomímesis en español, que busca que los materiales, las estructuras y los sistemas humanos se moldeen de acuerdo a los sistemas y elementos de la naturaleza. 

Las premisas de la biomímesis no son nuevas ni desconocidas para la humanidad. Siempre se ha mirado a la naturaleza para modelar soluciones prácticas y duraderas. La agricultura misma se origina gracias a la observación del ciclo de vida de las plantas, que luego se imitó de manera controlada para asegurar el suministro de alimentos permanentemente.

Le puede interesar: La ganadería arrasa los bosques del Putumayo

Ejemplos hay por montones. Los pájaros fueron las musas del avión moderno, que ya se lo imaginaba Leonardo da Vinci desde el Renacimiento. El genio italiano investigó a profundidad la anatomía de las criaturas aladas, convencido de que allí estaba la clave para el diseño de un aparato volador.

Aunque tardó un par de siglos más en convertirse en realidad, el primer vuelo de los hermanos Wright y los muchos otros que fracasaron antes que ellos se hicieron inspirados en las aves.

Incluso, al pensar en inventos que hacen parte de la vida diaria encontramos que nacieron para aprovechar aquello que ya aplicaba la naturaleza. El velcro fue concebido después de que el ingeniero George de Mestral encontró que las semillas de la planta de la bardana se enganchaban perfectamente al pelaje de su perro cuando lo sacaba a pasear en el bosque. Emuló, entonces, esa interacción para crear un sistema de cierre que es, al mismo tiempo, resistente y fácil de unir.

Ni hablar del que en retrospectiva fue un experto en la biomímesis aplicada en la arquitectura: Gaudí. El brillante arquitecto catalán diseñaba sus edificios como una extensión del paisaje mediterráneo, con alusiones ecológicas por doquier.

Puede leer: Humedales en el mundo están desapareciendo a ritmo alarmante

La Sagrada Familia está planteada como si fuera un bosque, ya que veía al árbol como la mejor estructura existente. Gaudí afirmaba que las columnas irregulares “favorecen la incidencia de la luz y son ricas en matices, de manera que se vuelve innecesaria la ornamentación”.

El término en sí se concibió en los años ochenta y se popularizó con la publicación del libro Biomimicry: Innovation Inspired by Nature (Innovación inspirada por la naturaleza) en 1997.

Su autora, Janine Benyus, plantea que la biomímesis es “una nueva ciencia que ve a la naturaleza como modelo, medida y mentora”. Enfatiza que el principal objetivo de este campo hacia el futuro es buscar la sostenibilidad. Su simple pero revolucionaria teoría la llevó a convertirse en consultora de numerosas empresas que querían integrar la biomímesis a sus operaciones.

Aprendices del entorno

Poco se piensa acerca de la coordinación necesaria para que el mundo funcione. Imagine orquestar la primavera: coordinar el nacimiento de las flores, redirigir los vientos, hacer que las especies migren y despertar a los osos.

O bien sumergirse en el agua a alta velocidad sin crear ninguna onda o hacer un mínimo ruido para que nadie lo note. Incluso crear una estructura que solo algunos pocos puedan ver.

Todo esto lo hace la naturaleza, de manera fortuita y en perfecto equilibrio. Muchos problemas que tenemos ya los tiene resueltos, y brinda la clave para encontrar mejores soluciones. Por ejemplo: las palmeras sobreviven a huracanes, por lo que deberíamos estudiar su estructura para construir edificios más resistentes.

Le sugerimos: La lección de las hormigas

El balance natural se ha ido construyendo mediante la selección natural, el planificador de eventos que ha moldeado la vida, favoreciendo las características que mejor les sirven a sus objetivos.

“Todas las especies de la Tierra son el producto de miles de millones de años de evolución, que ha resultado en adaptaciones a una variedad inmensa de condiciones, que pueden dar ideas útiles a los seres humanos”, explica el biólogo Roberto Márquez.

Visión para el futuro

En el ámbito colombiano, la biomímesis está siendo explorada a nivel más sistemático que tecnológico. Es decir, los principios se están aplicando en innovación social. Buscan la coordinación interdependiente entre seres vivos.

El bosque es una empresa que nunca se ha quebrado, así que podría verse como un modelo a seguir para el sector privado y el público, y sus interacciones podrían mejorar las relaciones dentro de comunidades.

Melina Ángel es la única científica especializada en biomímesis en Colombia, certificada por el Biomimicry Institute de Montana. Dice que la aplicación del campo en el ámbito social se da porque es una necesidad primordial para el país. Sin embargo, cree que hace falta compromiso empresarial porque el sector privado suele confundir optimizar con maximizar.

Le recomendamos: Víctimas del clima

Un proyecto que quiere implementar la biomímesis, generalmente, requerirá de mayor inversión y no necesariamente favorecerá la expansión de un negocio. Sus beneficios vienen porque se pone por delante el bien común y obliga a pensar más allá del beneficio propio.

“Un modelo biomimético ve a la naturaleza como el más alto estándar de sostenibilidad; busca interferir con los sistemas hegemónicos económicos, de manera que desistan de sus prácticas extractivas”, cuenta Ángel.

Apostarle a la biomímesis le da un valor agregado a cada proyecto humano, que en estos tiempos de crisis tiene la responsabilidad de trabajar por el bien del planeta.