Foto: Joyce Hill - Wikimedia Commons.

CIENCIA

Redescubriendo la historia vikinga

Tras una exploración de ocho meses en isla de Terranova (Canadá), expertos verificaron la existencia de un asentamiento vikingo que cambiaría por completo lo que aseguran los libros de historia.

12 de abril de 2016

“Vikingo” es la palabra utilizada para referirse a los antiguos miembros de los países nórdicos o escandinavos (Dinamarca, Noruega, Islandia, Suecia y Finlandia). Su historia ha sido contada a través de numerosos textos, incluso en la cultura popular encontramos personajes como Thor o Beowulf que son referencias al rico linaje de este pueblo. La navegación fue su principal fuerte, pues el territorio segmentado que caracteriza a Escandinavia, los obligó a comunicarse y buscar alimento en otras regiones.

En el plano científico, desde 1960 se supo que los vikingos llegaron al extremo oriental del continente americano hace más de 1.000 años, pero hasta ahora nunca se había tenido certeza de que tanto del continente llegaron a explorar. Sin embargo, un nuevo descubrimiento sugiere que pudieron haber viajado cientos de kilómetros más lejos en América del Norte. (Vea: La increíble historia de los “mercaderes de la duda”)

El epicentro del descubrimiento, es la isla de Terranova, en Canadá, que fue identificada por la arqueóloga espacial e investigadora de la asociación de National Geographic Sarah Parcak, quien usa imágenes satelitales para localizar infraestructuras egipcias. Lo complicado para el caso vikingo es que sus asentamientos o construcciones siempre fueron en madera y en su mayoría han desaparecido, por lo que se dificulta su seguimiento por esta vía.

El equipo investigador escaneó juiciosamente las imágenes de satélite de toda la costa este de Estados Unidos y parte de Canadá. Varios emplazamientos ofrecían posibilidades, pero se seleccionó un enclave en la punta occidental de Terranova, 650 kilómetros más al sur del asentamiento vikingo previamente descubierto.

Durante la excavación, Parcak dio con una roca ennegrecida que supondría una temperatura intensa. Bajo ella, trozos de carbón mezclado con hierro, indicio casi concluyente del forjamiento de armas, otra de las especialidades de los vikingos. (Vea: El impresionante número de bombas atómicas detonadas en la historia)

Douglas Bolender, arqueólogo experto en asentamientos nórdicos, aseguró a National Geographic Magazine que “no se conoce de otras culturas, prehistóricas o modernas, que hayan practicado la minería y el abrasamiento del hierro que se obtiene en las ciénagas y pantanos”.

El descubrimiento hace soñar al equipo con una nueva literatura. Parcak, por ejemplo, dice que, normalmente, en la arqueología “solo se consigue escribir una nota al pie de página en los libros de historia, pero lo que parece encontrarse aquí puede ser el comienzo de un capítulo completamente nuevo”.

También aseguró que el descubrimiento podría ofrecer luces sobre otros secretos de los vikingos, es decir, si en efecto fueron los primeros europeos en ocupar América del Norte, mucho antes del presunto descubrimiento de Cristóbal Colón en 1492.

Bolender, por su parte asegura que los vikingos eran osados por naturaleza, “navegar sin un rumbo definido para poder sobrevivir, sin saber qué tragedia pueda deparar la travesía, requiere coraje e ingenio”.

Fueron tan osados que los libros de historia los muestran como salvajes. Incluso cuando tuvieron contacto con los franceses en el año 799, por ejemplo, una cultura que siempre se ha caracterizado por su producción artística y literaria, los vikingos presentaron grandes dificultades para relacionarse. Algo que dice mucho sobre una cultura que todavía guarda grandes incognitas.