SE LO EXPLICAMOS

¿Qué pasa con los Cerros Orientales?

Le explicamos en tres pasos, y en menos de un minuto, la polémica que se desata por la posible urbanización de la zona límite de transición entre la reserva forestal y el área urbana de Bogotá.

8 de agosto de 2017

LOS CERROS ORIENTALES Y LA FRANJA DE ADECUACIÓN

¿Qué? 

Es la intención de la Alcaldía de Bogotá por cambiar el uso de los suelos en el límite que separa esta zona de reserva del casco urbano de la capital. La idea, según las autoridades distritales, es hacer parques para aumentar la cantidad de espacio público por habitante. Por su parte, ambientalistas y académicos aseguran se quieren volver urbanas 500 hectáreas de los Cerros para autorizar licencias y urbanizar, no para hacer parques.

¿Cómo?

Lo primero es revisar varios documentos jurídicos. El primero de ellos  es una resolución de 1977 en la cual se convirtieron los cerros orientales en reserva forestal, pero donde no existía cartografía para delimitarla. Luego, un acuerdo del Concejo de Bogotá en 1990 que pretendía identificar la zona pero reconociendo los barrios que ya se habían asentado en la reserva durante esos años. Después,  una resolución de 2005 del Ministerio de Ambiente donde se crea el límite entre la zona urbana y la reserva forestal y finalmente una sentencia del Consejo de Estado que dividió la zona de reserva en zonas de conservación, zonas de rehabilitación ecológica, zonas de recuperación paisajística, zonas de recuperación ambiental y el famoso límite entre la zona de reserva y el área urbana.

¿Por qué?

Funcionarios, entre ellos el secretario de Planeación de Bogotá, afirman que deben acatar el fallo del Consejo de Estado. Sin embargo, el tema está dividido. La Alcaldía dice que tiene que reconocer los derechos adquiridos que existen en esa zona limítrofe y que debe intervenir directamente ese límite entre la ciudad y la reserva para hacer parques, tener control administrativo e invertir permanentemente en su operación.

Por otra parte, los opositores argumentan que volver urbanas 500 hectáreas de los Cerros significa automáticamente la urbanización de ese límite, que debería ser intocable para nuevas construcciones, y que hacerlo es precisamente desacatar el fallo del Consejo de Estado.