Más de 100.000 fotografías del permiten que cualquier persona, que no tenga los recursos para visitar el arrecife, pueda disfrutar de la experiencia de bucear y descubrir la majestuosidad de la maravilla natural declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981.
La captura de las imágenes es cortesía de la organización The Catlin Seaview Survey que controla la degradación de las seis principales reservas de coral del mundo con la toma de cerca de 3.000 imágenes panorámicas submarinas al día. Las fotografías son captadas por una cámara subacuática de gran precisión que produce imágenes panorámicas en alta definición cada tres segundos.
Según Richard Vevers, director de la investigación, el banco de imágenes es el más extenso publicado hasta el momento de la Gran barrera de coral. Además, la geolocalización de los 2.300 kilómetros del arrecife permite evidenciar en tiempo real los cambios del ecosistema australiano tales como cambios a largo plazo del calentamiento global, la acidificación de los océanos, y los efectos intermitentes como los ciclones.
Si bien esta herramienta ayudará a combatir amenazas como la pesca excesiva y la contaminación de los arrecifes. La disminución anual de la gran barrera de coral sigue creciendo, tanto así que en menos de treinta años la barrera perdió cerca de la mitad de su cobertura, por lo que esta documentación quizás sea lo único que podamos recordar de la Gran barrera en el futuro.