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La prueba científica de los ambientalismos ‘extremos’

Si bien la información en Colombia no ha faltado, se ha visto limitado su uso para la toma de decisiones.

1 de diciembre de 2014

En un escenario de disputa y polarización frente al desarrollo del país y el uso de sus recursos naturales, el reporte “Biodiversidad 2014”, publicado recientemente por el Instituto de Investigaciones y Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt, se convierte en la prueba reina de los ‘ambientalistas extremos’, que con evidencias científicas demuestran, que el país más biodiverso del mundo por metro cuadrado, está en aprietos por el uso insostenible de la biodiversidad y los bienes y servicios que prestan sus ecosistemas.

El informe que muestra el estado de la biodiversidad en Colombia, es el resultado de estudios de 60 investigadores y más de 11 instituciones, elaborado para que el país entienda qué está pasado con la biodiversidad, donde está cambiando, cuáles son las causas y detonantes de dichos cambios y cuál será el escenario futuro frente a su uso.

Por primera vez un reporte científico, entrega información en un lenguaje sencillo e infográfico, con el fin de acercar a los tomadores de decisiones a la realidad ambiental del país.

Si bien la información en Colombia no ha faltado, lo que se ha visto limitado es su uso para la toma de decisiones. Quizá la presentación de este nuevo reporte se convierta en una oportunidad de articulación entre los sectores productivos y el sector público para el desarrollo de actividades pensadas desde lo ambiental y la visualización del verdadero país que queremos los colombianos a partir del conocimiento de nuestra biodiversidad.

Un llamado a la acción

Hasta el momento las evidencias científicas han dejado claro que la pérdida del 65 por ciento de las coberturas boscosas es la consecuencia de la política extractiva, el avance sin control de la agricultura y la ganadería extensiva y la agroindustria con monocultivos; estos son algunos de los principales motores de la perdida de la biodiversidad en el país y eso a su vez de bienestar para las comunidades que lo habitan.

Si la degradación y la perdida de las coberturas boscosas en Colombia avanzan al mismo ritmo, el riesgo de extinción de especies es cada vez mayor y con ellas, alimentos, medicinas y bioindicadores.

Actualmente en los bosques del país habitan 140 especies de vertebrados silvestres que son consumidos por las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes, pero si esas coberturas naturales siguen siendo transformadas, las comunidades perderán la posibilidad de contenido proteínico en su dieta, parte fundamental de su alimentación.

Otro aparte del reporte, muestra como las especies invasoras y el cambio climático son dos de las mayores amenazas para la biodiversidad y la provisión de servicios ecosistémicos a nivel global.

Con el fenómeno climático, las oportunidades para el establecimiento de especies invasoras que ponen en peligro nuestras especies nativas aumenta, generando un alto riesgo no solo ambiental, también económico e incluso de salud pública en algunos casos.

Pero el informe no solo muestra el panorama depresivo que expone la pérdida de biodiversidad en Colombia, también identifica las 2.768 plantas medicinales utilizadas para fines terapéuticos y preventivos en todo el territorio nacional, las 29 especies de aves nuevas para la ciencia descubiertas entre el año dos mil y dos mil catorce y reconoce la amplia diversidad de tortugas continentales que por su importancia ecológica y sus usos asociados, propone la necesidad de desarrollar una gestión sostenible de las 27 especies de tortugas presentes en el país.

Si con todo el contenido presente en “Biodiversidad 2014” se logra poner los temas sobre las diversas agendas de discusión y análisis transversalmente, permitiéndole a las comunidades, convertir el informe en una herramienta de presión y a los tomadores de decisiones en un instrumento de conocimiento, el escenario para el país puede ser diferente.

Hoy, los ambientalistas ‘extremos’ tienen una prueba de que no hay tal extremismo, las comunidades, tienen los insumos para la generación de debates y los tomadores de decisiones la herramienta informativa que tanto les hacía falta para conocer verdaderamente el país más biodiverso del mundo.