Los niños son las principales víctimas de los desplazamientos por desastres naturales. Foto: PIxabay.

MEDIO AMBIENTE

Ocho millones de niños en el mundo sufrieron desplazamiento como consecuencia de los desastres naturales

Según Unicef, al término de 2019 el desplazamiento de niños alcanzó la cifra récord de 19 millones en el mundo. El organismo también dijo que debido a la pandemia, la situación ha venido empeorando y millones de ellos se encuentran desatendidos y sin la protección adecuada.

6 de mayo de 2020

Los desastres naturales cada día causan mayores efectos en las poblaciones que deben enfrentarlos. El año pasado, los niños se convirtieron en una de sus principales víctimas. De acuerdo con un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), más de ocho millones de menores fueron desplazados por esta causa.

El documento titulado "Lost at Home" (Perdidos en casa), dice que en 2019 hubo 12 millones de nuevos desplazamientos de niños: 3,8 millones de ellos causados por conflictos y violencia, y 8,2 millones por desastres naturales. Según Unicef, en total el número de niños desplazados en el mundo al término de 2019 alcanzó la cifra récord de 19 millones.

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La secretaria ejecutiva del organismo internacional, Henrietta Fore, indicó que, debido a la pandemia, la situación ha venido empeorando y millones de ellos se encuentran desatendidos y sin la protección adecuada. 

"Cuando surgen nuevas crisis, como la pandemia de la covid 19, estos niños son especialmente vulnerables. Es esencial que los gobiernos y los socios humanitarios trabajen juntos para mantenerlos seguros, sanos, con capacidad de aprendizaje y protegidos", dijo la funcionaria.

Los ciclones se presentan cada vez con mayor frecuencia, por cuenta de los efectos del cambio climático. Foto: Pixabay

Es claro que con esta problemática de desplazamiento, los menores no pueden mantener el distanciamiento físico en los campamentos o asentamientos informales superpoblados que carecen de los servicios de higiene adecuados, creando condiciones muy propicias para la propagación de la enfermedad.

Efectos de gran magnitud

No hay duda de que los desastres naturales cada vez son más agresivos y sus efectos, mayores. Por ejemplo, el año pasado, los ciclones Idai y Kenneth generaron que miles de personas debieran abandonar sus hogares en el sudeste de África. No diferente fue la situación con el huracán Dorian que motivó el desplazamiento de miles de habitantes de las Bahamas a otros lugares como Estados Unidos y Canadá y en India, los ciclones Fani y Bulbul también generaron que millones de personas debieran abandonar sus hogares.

Europa tampoco escapó a esta realidad generada por los eventos climáticos en 2019, cuando se presentaron graves incendios en las Islas Canarias, que provocaron la evacuación de alrededor de 10.000 personas. España fue el país más afectado de Europa Occidental, no solo por los incendios, sino también por las tomentas eléctricas y lluvias torrenciales que generaron evacuaciones y desplazamientos. Se estima que en Europa el número de personas desplazadas alcanzó las 70.000 el año pasado por cuenta del clima extremo. 

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Por su parte, en Latinoamérica, más de 600.000 personas se vieron obligadas a dejar sus hogares debido a los desastres naturales. Este dato corresponde la mitad del total de ciudadanos desplazados el año pasado en la región, cuyo número ascendió a 1,2 millones, de acuerdo con datos del Observatorio de Desplazamiento Interno, una organización civil que forma parte del Consejo Noruego de Refugiados.

El 2019 pasará a la historia como uno de los períodos con mayor número de desastres naturales de las últimas dos décadas, pero también los más fuertes, según un informe del Centro de Monitoreo y Desplazamiento Interno, con sede en Suiza. Fue un año que dejó miles de víctimas fatales y millones de desplazados por catástrofes, sumado a los daños al ambiente y las millonarias pérdidas económicas.

Por todo lo anterior, es que la Organización de Naciones Unidas, entre muchos otros organismos multilaterales insisten en la necesidad de que los gobiernos y líderes adopten medidas que permitan mitigar los efectos del cambio climático y que se utilice la pandemia para redireccionar los planes e inversiones en materia económica hacia modelos de producción más sostenibles.