Home

Impacto

Artículo

La araña saltarina abunda en los humedales de la capital del país. Foto: Daniel Bernal (Fundación Humedales Bogotá). | Foto: Araña saltarina - Humedales Bogotá

GRUPO RÍO BOGOTÁ

La pequeña araña que sorprende a sus presas con saltos en los humedales

A diferencia de la mayoría de arácnidos, que cazan por medio de las redes en seda, la araña saltarina se abalanza con un brinco sobre sus presas y las adormece con un veneno que no afecta a las personas. La Secretaría de Ambiente hace un llamado para protegerla.

20 de julio de 2020

Rapidez y precisión son las mayores características de la araña saltarina a la hora de cazar, un arácnido que no supera el centímetro de tamaño y el cual sorprende a sus presas por medio de saltos.

Con sus patas puede dar brincos de entre uno y seis centímetros de largo, es decir trayectos de dos a seis veces más grandes que su tamaño corporal. Esta habilidad se debe a que en sus patas posteriores se redistribuye la hemolinfa, líquido interno de los invertebrados que contiene sustancias nutrientes y el cual le permite relajar los músculos flexores para saltar.

Le puede interesar: EN VIDEO. Regalos de la cuarentena: Un pato de pico azul en la hora del baño

Para divisar a las presas hace uso de sus ocho ojos: dos grandes que tienen un enfoque estereoscópico, los dos siguientes le ayudan a determinar la profundidad de los objetos y los cuatro restantes, dos a cada lado, le dan la habilidad de tener una visión de 360 grados sin necesidad de moverse.

Los 15 humedales de Bogotá le sirven de hogar a las arañas saltarinas. Foto: Wilson Cepeda Benavides (enviada por la SDA).

Para cazar, las arañas saltarinas hacen uso de un veneno nocivo que no representa peligro para los humanos. A diferencia de la mayoría de los arácnidos, que construyen redes de seda para atrapar alimento, esta araña prefiere sorprender a sus presas, como hormigas, con brincos rápidos. Es decir que sus conductas de caza las realizan sin telaraña. 

Le puede interesar: Descargue gratis cartilla: Biodiversidad extrema, la otra cara del río Bogotá

Esta araña requiere del sol directo para su desarrollo. La mayoría tiene un ciclo de vida anual, alcanzando su madurez sexual entre los meses de abril y junio. Pesan en promedio un gramo y reconocen a sus presas a más de 40 centímetros de distancia. Para su reproducción, la saltarina emite sonidos y feromonas y realiza movimientos en zigzag.

Hacen parte de la familia Salticidae y construyen sus nidos en el lugar donde descansan, que están protegidos por una seda que forma una cubierta para mantener la humedad. Allí realizan la puesta de huevos y mudan.

Estas arañas pasan desapercibidas por su pequeño tamaño. Se camuflan en las hojas de los árboles. Foto: Daniel Bernal (Fundación Humedales Bogotá).

Reinas de los humedales

Las arañas saltarinas habitan en zonas verdes, parques y más que todo en los 15 humedales de Bogotá, “aunque algunas pueden ser encontradas en las viviendas por su gran adaptación a los cambios de hábitat que ha tenido la ciudad, como consecuencia de los procesos de urbanización”, dijo la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA). 

Le puede interesar: Tres animales cachacos que sufren por el rechazo ciudadano

Según la Fundación Humedales Bogotá, los saltícidos (de la familia Salticidae) son llamados con frecuencia arañas saltadoras, saltarinas o caza moscas. “Son arañas pequeñas y araneomorfas que cazan al acecho y en las que se destaca su agilidad en el salto y su vista, inusualmente eficaz entre las arañas”. 

Daniel Bernal, experto en calidad del aire y colaborador de la fundación, indicó que es una de las familias de arañas más nutrida en especies, con más de 4.000 descritas, razón por la cual su clasificación exacta es difícil. “Esta araña pertenece a la clase Arácnida, del orden Araneae, y está presente en los humedales capitalinos”.

Esta araña utiliza sus ocho ojos para localizar las presas. Foto: Daniel Bernal (Fundación Humedales Bogotá).

Para el experto, su pequeño tamaño contrasta con la capacidad de salto. “Con su visión puede calcular la distancia y el lugar donde saltar de forma muy precisa. Los ojos frontales proporcionan visión estereoscópica y los laterales completan un campo de visión de 360 grados, así que no necesitan girarse para controlar todo su entorno. En cualquier hoja caída, seca o en una hojarasca de los humedales es fácil encontrar a este espécimen”, mencionó Bernal.

La SDA indica que el uso inadecuado de insecticidas y las fumigaciones de los jardines son unas de sus mayores amenazas. “Esta peculiar araña también cuenta con una percepción negativa por parte de algunas personas, por lo cual las agreden”.

Ante sus impactos, la autoridad ambiental sensibiliza a la comunidad a través de sus redes sociales por medio de contenidos y piezas visuales sobre varias especies, como la araña saltarina, la zarigüeya, el cucarrón de mayo y la serpiente sabanera.

“Protegiendo y respetando la fauna se podrá garantizar el equilibrio ecológico en los ecosistemas y de esta forma se mantendrá la biodiversidad de la ciudad. Cuidarlos es una tarea de todos”, indicó la SDA.

De la araña saltarina se tienen registros de su existencia desde hace más de 100 millones de años, dijo la autoridad ambiental. “Se han identificado más de 7.687 especies que representan 13 por ciento de la diversidad mundial del orden Araneae. Sólo en el catálogo del país se presentan 75 géneros y 181 especies, según los estudios del Instituto Nacional de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia”.

* Este es un contenido periodístico de la Alianza Grupo Río Bogotá: un proyecto social y ambiental de la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación SEMANA para posicionar en la agenda nacional la importancia y potencial de la cuenca del río Bogotá y  sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana.