El encierro obligatorio que por estos días se cumple en varias ciudades del mundo por cuenta del coronavirus, ha despertado la ansiedad y el instinto libertario de muchos ciudadanos.
A través de redes sociales, algunos se han mostrado hasta desesperados por tener que permanecer en sus casas o apartar amentos por varias semanas, mientras se reduce el riesgo de contagio o se controla la emergencia sanitaria.
Esa misma sensación la sienten los animales silvestres que son convertidos en mascotas para satisfacer el gusto de unos pocos. Las aves son el mejor ejemplo. Luego de ser cazadas, son condenadas a vivir en jaulas en las que volar les es imposible. Poco a poco van perdiendo su instinto y terminan enfermando, entre otras causas, por estrés.
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"Lo que ocurre con las aves es el mejor ejemplo de crueldad, pues están acostumbradas a volar y hacer migraciones. Las águilas recorren cientos de kilómetros y no poder volar más de tres metros dentro de una jaula es realmente un tormento", manifiesta Fernando Trujillo, director de la Fundación Omacha, quien sostuvo que esta situación termina afectando su estructura muscular.
El biólogo y doctor en zoología en la Universidad de Aberdeen (Escocia) asegura que el encierro también les genera a los animales impactos comportamentales enormes. "Uno lo evidencia muy fácil en los felinos, pues adquieren comportamientos estereotipados y atípicos como ir de un lado para el otro y repetir movimientos en la misma dirección. Para un jaguar, que puede necesitar más de 30 kilómetros de área como hábitat para encontrar sus presas y hallar posibilidades de reproducción, es dramático estar limitado a una jaula de 10 metros por tres", afirma.
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Lo mismo ocurre con las orcas en los oceanarios. "Estos son animales que están acostumbrados a moverse por cientos de kilómetros a lo largo del océano y por eso confinarlos es condenarlos a muerte. En muchos acuarios, de hecho, solamente tienen orcas hembras por la sencilla razón de que las orcas machos tienen aletas dorsales que pueden llegar a medir dos metros de altura y al estar encerrados, como no se pueden mover mucho, los músculos que sostienen la aleta terminan necrosándose, por lo que debe ser amputada", expresa.
Las aves son los animales silvestres que más sufren en confinamiento, según los expertos. Además son las especies más traficadas ilegalmente, de acuerdo con la Policía. Foto: archivo/Semana.
Trujillo considera que, aunque los zoológicos se constituyen en muchas ocasiones en la única manera para salvar a un animal que ha sido confiscado del tráfico ilegal de fauna, tras no haber podido ser rehabilitado y liberado, nada puede reemplazar la libertad.
"El encierro en los animales es un tema muy complicado, es un tema que exige creatividad y responsabilidad para poder tenerlos en las mejores condiciones posibles. En este aspecto la dieta juega un rol fundamental para evitarles problemas, ya que, por ejemplo, los felinos sufren mucho de temas hepáticos, entonces una mala alimentación los puede matar en corto tiempo en cautiverio", dice.
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Para él, el confinamiento, así sea en un lugar generoso, repercute en la salud no solo física del animal y, más aún, si éstos están acostumbrados a vivir en manadas como los cetáceos o los primates.
El comportamiento y la salud de los animales se afecta al estar encerrados. Foto: archivo/Semana.
El instinto es algo que también se les altera a las especies silvestres en cautiverio. Así lo confirma Sandra Bessudo, bióloga y directora Fundación Malpelo, quien sostiene que la libertad es fundamental para todo ser viviente, incluido los animales.
"Yo me pongo en los zapatos del animal y pienso que lo que uno siente y vive, es lo que puede estar sintiendo ese otro ser", comenta Bessudo.
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La experta cree que la manera como se esté confinado, así como el lugar y la alimentación, también repercuten en el nivel de estrés que puedan sentir las especies silvestres encerradas. "El instinto se les pierde a esos animales que nacieron en cautiverio porque lamentablemente solo aprenden lo que se les enseñe y no lo que su entorno natural dictamine", apunta. Bessudo hace la salvedad sobre los perros y los gatos, que son animales domésticos.
Ahora que sabe lo que sufren los animales silvestres en encierro, si se le presenta la oportunidad, evite comprar y denuncie el tráfico ilegal.