Un grupo de tinguas bogotanas sorprendió a un operador de Aguas Bogotá mientras recorría Juan Amarillo. Fotos: Óscar Perdomo.

GRUPO RÍO BOGOTÁ

EN VIDEO: ¡Aparecieron las tinguas bogotanas durante la cuarentena!

Un operador de Aguas Bogotá grabó cuatro de estas aves mientras recorría el humedal Juan Amarillo en la capital del país. La tingua bogotana es una especie en peligro de extinción por la fragmentación de los ecosistemas, cacería y contaminación del agua.

9 de junio de 2020

La reducción de los humedales en Bogotá puede catalogarse como apoteósica. De las más de 50.000 hectáreas que hacían presencia en 1950, hoy sólo sobreviven 726,6 hectáreas. Es decir que en 70 años, la construcción de zonas residenciales, industriales y grandes avenidas sepultó 98 por ciento de estos ecosistemas. 


La mole de cemento también ha causado serios impactos en la fauna autóctona de los humedales. Según el Instituto Humboldt, de las 235 especies de aves que hacen presencia en la sabana de Bogotá, seis están bajo algún grado de amenaza y siete son endémicas, es decir que no habitan en ninguna otra parte del planeta. 

Tal es el caso de la tingua bogotana, un ave tímida, asustadiza y con apenas 25 centímetros que abundaba entre los juncos de los humedales del altiplano cundiboyacense, en especial en los cuerpos de agua de la capital y las cuencas alta y media del río Bogotá, sitios con alturas entre los 2.500 y 3.100 metros sobre el nivel del mar.

Le puede interesar: Animales y plantas retornan a la cuenca media del río Bogotá

Antes de la década de los 80 del siglo pasado, fecha en la que inició el boom constructivo en la sabana, Rallus semiplumbeus, un ave de plumaje marrón con rayas negras y algunas manchas rojas en sus alas, era avistada con frecuencia en las esponjas hídricas del altiplano.

En los humedales del Ecoparque Sabana, en Tocancipá, apareció una tingua bogotana el año pasado. Foto: Parque Jaime Duque.

Esta tingua de pico largo, curvo y color rojo, era identificada por el peculiar sonido agudo y alto de su canto, parecido al chillido de una ardilla. Pero la disminución de su hábitat, cacería, quema de juncos, explotación agrícola y contaminación de los cuerpos de agua con agroquímicos y desechos orgánicos e inorgánicos, hoy la tienen listada como una especie en peligro de extinción.

Según el Libro Rojo de las aves de Colombia, en los últimos años ha sido vista en sitios como el lago de Tota, lagunas de Fúquene, Suesca y La Herrera y humedales bogotanos como Torca-Guaymaral, La Conejera, Tibanica, Jaboque y Juan Amarillo. Pero son avistamientos puntuales y bastante espontáneos.

Esperanza en la cuarentena

El humedal Juan Amarillo, ubicado en las localidades de Suba y Engativá en Boogotá, es el ecosistema más grande de este tipo en la capital del país, con cerca de 222 hectáreas. Según la Fundación Humedales Bogotá, hay cerca de 92 especies de aves como el pato de pico azul, pato barraquete y zambullidor, cifra que está siendo actualizada por la organización.  

Le puede interesar: Mejoró calidad del agua en un tramo del río Bogotá durante la cuarentena

“Dentro de las especies endémicas y propias del humedal están la monjita bogotana, la tingua bogotana, el cucarachero de pantano y la garza real. Tiene una de las poblaciones más numerosas de tingua bogotana, en un sitio llamado la chucua de los curíes, además de ser el único que registra el musgo de pantano”, dijo la organización ambiental.

Una de las tinguas bogotanas captada por el operario de Aguas Bogotá en Juan Amarillo. Foto: Óscar Perdomo.

Sin embargo, en lo que va corrido de la cuarentena por el coronavirus, la tingua bogotana no había sido avistada en Bogotá, ni siquiera en Juan Amarillo, humedal también conocido como Tibabuyes, palabra muisca que significa tierra de labradores. 

Esto se debe a que desde mediados de marzo, la ciudadanía y los ambientalistas de la Fundación Humedales Bogotá no pueden ingresar a Juan Amarillo, ya que la Secretaría de Ambiente decidió cerrar los parques de humedales como una de las medidas del confinamiento obligatorio. Únicamente el personal de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) tiene luz verde para entrar a realizar labores de mantenimiento.

El fin de semana pasado, Óscar Perdomo, funcionario de Aguas Bogotá, entidad que tiene un contrato de mantenimiento de humedales con el Acueducto, quedó perplejo al ver entre los juncales del tercio bajo de Juan Amarillo a varias tinguas bogotanas. Con la mayor prudencia, sacó su celular para grabar el avistamiento que nunca había presenciado.

Le puede interesar: ESPECIAL: Personajes con el alma incrustada en el río Bogotá

“Estoy rodeado de tinguas bogotanas”, dijo Perdomo en el video donde se ve claramente a una de ellas camuflada entre los juncales buscando alimento en el espejo de aguas. El funcionario le pudo sacar fotografías a otras aves. “En total vi como cuatro entre la vegetación”.

Cuatro tinguas bogotanas deleitaron al funcionario durante su expedición por Juan Amarillo. Foto: Óscar Perdomo.

La Empresa de Acueducto aseguró que esta emblemática especie se encuentra en peligro de extinción por el Ministerio de Ambiente en Colombia y a nivel internacional por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). "Pero estas nuevas imágenes y los trabajos de recuperación de los humedales, generan esperanza”.

Faltan acciones

Jorge Escobar, director de la Fundación Humedales Bogotá, afirma que la situación de la tingua bogotana no es favorable, aunque no es tan crítica como otras especies de aves que no se han vuelto a registrar en la sabana desde hace varios años, como el cucarachero de pantano.

En 2014 realizamos un estudio para establecer los posibles sitios donde han logrado sobrevivir estas dos especies. Luego de visitar los 15 humedales declarados en Bogotá y otros cuerpos de agua en la sabana, encontramos poblaciones de tingua bogotana en Juan Amarillo, Jaboque, Guaymaral, Capellanía, La Conejera y Tibanica, mientras que el cucarachero sólo apareció en uno de los humedales del sur”.

Una de las tinguas bogotanas captadas por la Fundación Humedales Bogotá. Foto: Oswaldo Cortés.

Escobar considera que faltan muchas acciones para evitar que la tingua bogotana siga su ruta hacia la extinción. “No hay ningún tipo de estudio con acciones puntuales para su conservación. No veo que se estén invirtiendo recursos públicos o privados para la conservación de la especie, que además carece de plan de manejo”.

Le puede interesar: Día Internacional de la Nutria: el renacer de una guerrera

Al director de la fundación le causa tristeza que a pesar de estar catalogada como en peligro de extinción, las autoridades no han tomado las medidas pertinentes para evitar que la tingua bogotana desaparezca. “Estamos en 2020 y la situación es igual de crítica. No queremos que se repita la historia del zambullidor andino, otra especie endémica del altiplano cundiboyacense que no volvió a aparecer desde los años 70. La desecación de los humedales causó su extinción”. 

Juan Amarillo es el humedal bogotano con mayor población de tinguas bogotanas. Foto: Fundación Humedales Bogotá.

Más aves en la pandemia

El 5 de junio, el Día Mundial del Medioambiente, Maximiliano Moreno le envió a la EAAB otra muestra de la avifauna de los humedales capitalinos. Esta vez se trataba de un martín pescador grande, ave sigilosa vista en Juan Amarillo en un sector conocido como Laguna. 

Esta especie proveniente de zonas costeras o de los Llanos Orientales. No la registrábamos en este lugar de Bogotá desde hace más de 10 años”, informó la Empresa de Acueducto y Alcantarillado.

Un martín pescador grande fue avistado durante la cuarentena en el humedal Juan Amarillo. Foto: Maximiliano Moreno.

Al conocer el registro, la Fundación Humedales Bogotá informó en redes sociales que en 2011 logró un avistamiento del martín pescador grande en el humedal El Salitre, ubicado en la localidad de Barrios Unidos. 

Le puede interesar: Un costeño que trabaja por salvar los humedales del río Bogotá

“Lo vimos en junio mientras recorríamos el humedal y fue la primera vez que identificamos esta especie en el ecosistema. El martín pescador más grande de Colombia alcanza una longitud de 38 centímetros. Tiene una cabeza grande que termina con una cresta, un pico largo y puntiagudo y las patas más bien pequeñas. Su plumaje combina gris azulado por encima con café rojizo por debajo y la garganta es blanca”, dijo Escobar.


El humedal Salitre también cuenta con registros del martín pescador grande. Foto: Fundación Humedales Bogotá.

El martín pescador grande apareció posado en un árbol seco y luego decidió volar alrededor del espejo de agua. “Algunas veces fue perseguido por un sirirí. También posó sobre unas cuerdas eléctricas que se ubican en el límite con el parque el Salitre Mágico”, complementó el experto.

* Este es un contenido periodístico de la Alianza Grupo Río Bogotá: un proyecto social y ambiental de la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación SEMANA para posicionar en la agenda nacional la importancia y potencial de la cuenca del río Bogotá y  sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana.