Así se encontraba el cielo de Bogotá este jueves 6 de febrero, a la 7:00 de la mañana. Imagen tomada desde la Avenida Circunvalar. Foto: Guillermo Torres/Semana.

MEDIOAMBIENTE

Una capa de gases contaminantes cubre Bogotá en el día sin carro y sin moto

Expertos dijeron que este fenómeno, conocido como inversión térmica, afecta la calidad del aire y tiene implicaciones en la salud de los humanos. Aseguran que hasta marzo de 2020 este suceso continuará ocurriendo. Cuestionan el efecto medioambiental de la jornada.

6 de febrero de 2020

Una espesa capa gris ha cubierto en los últimos días el cielo de Bogotá y hoy, en el día sin carro y sin moto, no ha sido la excepción. Desde los cerros orientales y otras partes altas de la ciudad se aprecia con mayor claridad este fenómeno que muchos ciudadanos han registrado a través de fotos por redes sociales.

En la mayoría de publicaciones las personas dan a conocer su angustia por los riesgos a la salud pública que esta situación podría acarrear, cuestionan los resultados de jornadas como el día sin carro e instan a las autoridades a emprender acciones que permitan mejorar efectivamente la calidad del aire.

Carlos Fonseca, exdirector del Ideam, indicó que lo que ha venido sucediendo en la capital del país se denomina inversión térmica. "Se presenta cuando no ha habido nubes el día anterior y el aire está frío y no sube, por lo que se queda la contaminación abajo, es decir, se produce cuando no puede subir la masa de aire contaminado", señaló.

Daniel Bernal, experto en calidad del aire, entre tanto, afirmó que este fenómeno se genera cuando las noches están muy despejadas y el calor escapa. "El sol y el cielo sin nubes calientan más rápido el suelo y lo que comúnmente está encima de nosotros disperso, que no es más que una capa de smog, en lugar de escapar y combinarse con las nubes, se queda atrapada y por eso es que la podemos ver, pero realmente eso siempre está produciéndose. Sin embargo, por esos días de inversión térmica es mucho más visible", explicó.

El ingeniero experto en temas de calidad de aire llamó la atención sobre el impacto nocivo que la inversión térmica genera, pues la calidad del aire empeora. "A veces los peores días contaminados de la ciudad son los más depejados, esos de cielos azules y brillantes en los que no hay casi nubes ni vientos", resaltó.

Nubes de smog como estas se pudieron observar hoy, en la mañana, en Bogotá. Foto: Guillermo Torres/Semana.

Bernal señaló que este fenómeno puede llegar a afectar la salud de las personas, en especial los más sensibles como los niños y los ancianos. "Casi siempre ocurre por estos días que los reportes de enfermedades por infecciones respiratorias agudas incrementen, así como los cuadros gripales", dijo.

El experto afirmó que entre finales de enero, febrero y marzo, cuando se resgistra la temporada seca en el país, casi siempre son declaradas emergencias por mala calidad del aire. "Así ocurrió en 2018 y lo mismo ocurrió en 2019. Esto impulsado, además, por los incendios forestales que tienden a suceder en la ciudad o cerca a esta", dijo.

Recomendó que en días con estas características y en las localidades más vulnerables, como las ubicadas al suroccidente de la ciudad, es recomendable no hacer ejercicio al aire libre y enfocarse en la población más vulnerable para prevenir enfermedades pulmonares.

La inversión térmica permite observar la contaminación que produce la ciudad, incluso en un día como hoy sin carros particulares y motos. Foto: Guillermo Torres/Semana.

Por su parte, Manuel Rodríguez, exministro de Medioambiente, sostuvo que la contaminación del aire debería ser la mayor prioridad ambiental de Bogotá. "Haber abandonado el Plan Decenal de Descontaminación (2011-2020) fue un acto de indecible irresponsabilidad", afirmó en su cuenta de Twitter.

Para los expertos, jornadas como el Día sin carro y sin moto generan un aporte pedagógico significativo, así como contribuyen al mejoramiento de la movilidad de la ciudad, pero a nivel ambiental consideran que el impacto es menor. Creen que se deben implementar otro tipo de medidas que permitan mitigar el problema de contaminación de fondo, a partir de medidas como la renovación de la flota de buses del Sistema Integrado de Transporte de Bogotá (Sitp), así como de Transmilenio, por sistemas mucho más limpios como el eléctrico, y la implementación de una política que permita a los propietarios de vehículos viejos, cambiarlos por otros cuya tecnología permita reducir la alta carga contaminante.