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El incremento de la contaminación del aire es uno de los factores que más le afana a la entidad. Foto: SDA. | Foto: Reapertura Bogotá

GRUPO RÍO BOGOTÁ

“La reactivación de Bogotá no debe impactar al medioambiente”: Carolina Urrutia

La secretaria de Ambiente hizo un llamado a los ciudadanos para que adopten hábitos que no afecten los recursos naturales. La apertura de los espacios verdes será progresiva. Ya se reciben visitantes en los humedales La Vaca, La Conejera y Santa María del Lago.

6 de septiembre de 2020

Durante los cinco meses que duró de cuarentena estricta en Bogotá por la pandemia del coronavirus, la capital respiró un aire más limpio al disminuir en un 44 por ciento las bocanadas de polvo, hollín y humo emitidas por el transporte público y las industrias, contaminante conocido como material particulado.

Durante el día, el ruido ambiente presentó un descenso superior al 80 por ciento por la baja circulación vehicular y el cierre temporal del comercio, panorama que en horas de la noche se redujo un 92 por ciento. Los animales silvestres dejaron su timidez y empezaron a recorrer la ciudad y los humedales, ríos y quebradas no recibieron tantas basuras y plásticos.

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Con la reactivación de los principales sectores económicos y el regreso gradual al movimiento tradicional bogotano, los impactos ambientales podrían volver a pulular en la urbe de cemento, razón por la cual la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) le hace un llamado a los ciudadanos para que la nueva normalidad no sea catastrófica para los recursos naturales.

El río Bogotá disminuyó su carga contaminante en algunos tramos durante la cuarentena. Foto: Jhon Barros.

Según Carolina Urrutia, secretaria de Ambiente de Bogotá, la recuperación social y económica puede generar efectos negativos sobre el ambiente y agravar las problemáticas que hoy se vienen presentando a nivel mundial, como lo es la crisis climática. Por eso invita a los bogotanos a emprender una activación progresiva y de manera responsable, que no ponga en riesgo la salud, el bienestar y el medioambiente.

“Para superar esta crisis debemos pensar a corto y mediano plazo en acciones respetuosas con el ambiente, por lo que cualquier estrategia para asegurar la recuperación económica después del aislamiento no debe afectar de manera dramática el medioambiente, para así, por ejemplo, continuar gozando de una calidad del aire en óptimas condiciones”.

El humedal La Conejera será uno de los primeros que volverá a recibir visitantes. Foto: SDA.

Para Urrutia, la ciudadanía debe pensar en una nueva forma de movilización, un menor gasto de energía y que la utilización del transporte particular o público minimice la huella ecológica. “Vamos a maximizar la oferta de espacios verdes, aulas ambientales, humedales y zonas verdes para que podamos salir a disfrutar de la ciudad al aire libre, donde hay menos riesgo de contagio, una oportunidad para acercarnos a la naturaleza”, afirmó la secretaria de Ambiente.

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La apertura de los espacios verdes será de manera progresiva y siguiendo protocolos estrictos de bioseguridad, empezando por tres escenarios ambientales: los humedales de La Vaca en Kennedy, La Conejera en Suba y Santa María del Lago en Engativá.

En estos días informaremos los detalles de los protocolos para poder participar en los recorridos por estos humedales. El objetivo es que los ciudadanos vuelvan a tener contacto con estos paraísos ambientales y generen conexión entre la ciudad y sus áreas más biodiversas. Los demás escenarios ambientales administrados por la Secretaría de Ambiente se irán habilitando paulatinamente, según la evolución de la pandemia, el compromiso y cultura ciudadana”, dijo Urrutia.

La reapertura de los espacios ambientales en Bogotá será gradual. Foto: SDA.

Cambio de hábitos

Además de la emergencia sanitaria por la covid-19, el cambio climático es otro de los factores que más dudas ha generado durante los últimos tiempos. Según Urrutia, los retos ambientales exigen un compromiso adicional de los gobiernos y ciudadanos, que lleven a la creación de políticas y cambio de hábitos que ayuden a aminorar los efectos que trae la crisis climática.

“No tomar las medidas adecuadas y unos planes sostenibles a mediano plazo generarían un impacto negativo sobre el ambiente y efectos nocivos para la salud de las personas y la biodiversidad en la ciudad. El uso de la bicicleta es uno de los transportes alternativos que contribuye al cuidado del medioambiente”.

Durante la cuarentena, la contaminación del aire en Bogotá disminuyó un 44 por ciento. Foto: SDA.

Con el fin de poner en cintura a los vehículos y fábricas que afectan la calidad del aire capitalino, la Secretaría de Ambiente realizará los procesos necesarios para el cumplimiento de las normas ambientales, lo que incluye evaluación, control y seguimiento sobre factores de deterioro ambiental dentro del perímetro urbano para las fuentes móviles y fijas.

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Realizaremos acciones y operativos de prevención y control de la contaminación atmosférica generada por fuentes móviles y fijas de emisión (por combustión o por proceso) en los sectores industriales, comerciales y de servicio, que puedan incidir sobre la calidad de aire”, expresó Urrutia.

La secretaria de Ambiente le recomienda a la ciudadanía movilizarse de manera sostenible para tener una mejor calidad del aire y una ciudad con menos emisiones atmosféricas. “Bogotá se sabe mover utilizando medios de transporte alternativos al vehículo particular, como la bicicleta, caminar, patinetas o en el transporte público, con medidas de bioseguridad”.

Las zonas verdes podrán ser visitadas cumpliendo con los protocolos de bioseguridad. Foto: SDA.

La entidad trabaja de manera articulada con los empresarios y transportadores de carga para que realicen una transición a tecnologías limpias, al igual que en el desarrollo de procesos que permitan el cuidado del recurso hídrico en todos los sectores de la ciudad, como hogares, industria y comercio.

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Impulsar e incentivar las buenas prácticas agropecuarias, las compras y consumo sostenibles harán de Bogotá y Cundinamarca una región inteligente, ética y solidaria. Estos nuevos comportamientos permitirán adaptarnos a la nueva realidad y enfrentar la crisis climática. Asimismo, todos los ciudadanos debemos adoptar hábitos para el cuidado del ambiente acústico y la conservación de la audición, y así tener una ciudad más tranquila”, anotó Urrutia.

Para que el ruido no vuelva a generar dolores de cabeza en la ciudad, la SDA le recomienda a los ciudadanos utilizar un volumen adecuado en los aparatos electrónicos, hablar en tonos moderados en espacios públicos, reducir el uso del vehículo y, de utilizarlo, realizar una ecoconducción para mejorar la calidad del ambiente y de la vida.

El llamado es para que los ciudadanos no arrojen residuos a los ríos y calles capitalinas. Foto: Nicolás Acevedo Ortiz.

Una de las mayores proezas serán mantener las calles, andenes, escenarios ambientales y el espacio público limpio. “Una adecuada disposición de residuos como guantes, tapabocas, frascos de alcohol y antibacterial, entre otros, ayudará para que las fuentes hídricas, ríos y quebradas estén libres de contaminación”, indicó la funcionaria.

Urrutia concluye que la recuperación económica debe ser efectiva, saludable y responsable frente a la crisis climática. “Tenemos que trabajar juntos para que el impacto en nuestros recursos, incluida la calidad del aire, sea el menor posible. Bogotá será una ciudad inteligente en la medida en que nos movilicemos de manera sostenible, desarrollamos una oferta de empleos verdes y avanzamos en la reconversión tecnológica de las industrias y del sector transportador”.

* Este es un contenido periodístico de la Alianza Grupo Río Bogotá: un proyecto social y ambiental de la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación SEMANA para posicionar en la agenda nacional la importancia y potencial de la cuenca del río Bogotá y  sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana.