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La culebra de pantano es uno de los animales con menos reportes en los humedales. Foto: Maira Ruge - Fundación Humedales Bogotá. | Foto: Culebra de pantano

GRUPO RÍO BOGOTÁ

Captan por primera vez una culebra de pantano en el humedal Jaboque

El reptil apareció en una zona con buchón, hallazgo que contrasta con las obras en cemento que se adelantan dentro del ecosistema. La ciudadanía denuncia la muerte de la fauna de Madre de Agua, uno de los humedales no reconocidos en la capital.

10 de septiembre de 2020

* Este es un contenido periodístico de la Alianza Grupo Río Bogotá: un proyecto social y ambiental de la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación SEMANA para posicionar en la agenda nacional la importancia y potencial de la cuenca del río Bogotá y  sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana.

Sus 148 hectáreas lo convierten en el segundo humedal más grande de Bogotá. Fue uno de los cuerpos hídricos gobernados por los muiscas, quienes lo bautizaron como Jaboque, palabra chibcha que significa tierra de abundancia. Allí realizaban pagamentos y rituales sagrados como símbolo de agradecimiento a sus dioses.

Las huellas del pasado aún siguen vivas en este ecosistema de la localidad de Engativá. Los expertos han encontrado monolitos prehispánicos, rocas talladas con figuras que determinaban las fechas para la siembra y cosecha de cultivos como el maíz. Estos hallazgos lo convierten en uno de los humedales de mayor interés arqueológico en la ciudad. 

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La biodiversidad también ha sobrevivido a la jungla de cemento. La Fundación Humedales Bogotá ha registrado 130 especies de aves en Jaboque, el tercer humedal con mayor cantidad de avifauna en la capital después de Córdoba y La Conejera. Tinguas de diferentes especies, alcaravanes, garzas, tángaras, toches y cormoranes, revolotean sobre su espejo de agua. 

Jaboque es el tercer humedal de Bogotá con mayor cantidad de especies de aves. Foto: Fundación Humedales Bogotá.

“Jaboque también cuenta con la presencia de otros representantes de la fauna, como la rana sabanera, culebra sabanera, curí, ardilla y comadreja. En cuanto a la flora podemos encontrar árboles como sauce llorón, aliso, arboloco, botoncillo, junco y barbasco”, dijo la organización ambiental.

Una de las especies que parecía no habitar en Jaboque era la culebra de pantano o huertera (Erythrolamprus epinephalus), un reptil de 80 centímetros de largo con una piel pintada de marrón y verde y unos ojos negros como el ébano.

Nunca la he visto en Jaboque. Es un reptil muy difícil de ver en los humedales de Bogotá. En los 10 años que llevo recorriendo estos ecosistemas no la he podido observar, contrario a la culebra sabanera, que es bastante común”, informó Jorge Escobar, director de la Fundación Humedales Bogotá.

La culebra de pantano fue fotografiada por una ciudadana en Jaboque a finales de agosto. Foto: Maira Ruge - Fundación Humedales Bogotá.

Maira Ruge Cuellar, una ciudadana de la zona, puso fin a la ausencia de la culebra de pantano en Jaboque. La registró el pasado 30 de agosto en un área repleta de buchón, un encuentro que decidió contarle a la fundación.

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Vi a esta linda serpiente a unos 60 u 80 metros del puente que conecta el parque de la Florida con el humedal Jaboque. En realidad no la estaba buscando, pero conté con suerte de encontrarla. Al escuchar el ruido de un ave, decidí acercarme a un aparente hueco y de repente la vi sobre esas plantitas que no sé cómo se llaman”, comentó Ruge.

La ciudadana, que publica fotografías de la naturaleza en su cuenta de Instagram Colombia Impresionante, pudo apreciar a la culebra en su máxima expresión. “Todo el tiempo estuvo quieta, muy tranquila y con la cabeza levantada, por lo que le pude tomar varias fotos desde diferentes ángulos. Tengo que admitir que sus colores son muy llamativos. Otra cosa que me impactó fue su capacidad de permanecer inmóvil mientras la registraba”.

Para Ruge, este hallazgo en Jaboque es una clara evidencia de la sobredosis biodiversa que alberga el humedal. “Saber que este tipo de especies y cientos más habitan en este lindo lugar de Bogotá, me anima a seguir luchando para protegerlo y conservarlo”.

La organización ambiental no ha registrado a este culebra en los humedales de la ciudad. Foto: Maira Ruge - Fundación Humedales Bogotá.

Pocos registros

Según Escobar, la culebra de pantano cuenta con escasos registros en los últimos 15 años. “El plan de manejo del humedal La Conejera, ubicado en la localidad de Suba, menciona que por la dificultad de observación no se registró la culebra de pantano. La especie también es mencionada en los planes de manejo de los humedales Tibanica y Juan Amarillo”.

En 2018, la culebra huertera fue reportada por Sandy Arroyo en el humedal Torca-Guaymaral, cuerpo de agua distribuido en las localidades de Suba y Usaquén, registro que fue publicado en la plataforma Naturalista. 

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Escobar investigó los reportes ciudadanos en la plataforma y encontró a esta culebra en dos humedales. “En 2018 fue avistada cerca del humedal Córdoba y en febrero del 2020, Camila Fierro la registró en Jaboque. Es decir que este año es el único en que la han logrado avistar en este humedal de Engativá”.

Esta culebra sólo cuenta con registros en los humedales Jaboque y Torca-Guaymaral. Foto: Maira Ruge - Fundación Humedales Bogotá. 

La culebra de pantano o huertera es diurna y de hábitos terrestres. “La literatura sobre la especie indica que se alimenta principalmente de ranas y sapos y ocupa una gran variedad de hábitats. También mantiene poblaciones densas en los humedales invadidos por vegetación flotante”, anotó Escobar.

Las hembras alcanzan tamaños de 77,5 centímetros y los machos de 80,5 centímetros. “La cola corresponde hasta un 27 por ciento de su longitud total. La culebra de pantano se distribuye en Costa Rica, Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador y Perú, específicamente en las zonas tropical, subtropical, templada occidental, altoandina y templada oriental, en alturas que oscilan entre cero y 3.400 metros sobre el nivel del mar”, complementó el experto.

Escobar exalta el trabajo que vienen realizando múltiples organizaciones, entidades y personas en las últimas décadas para poder avanzar en el conocimiento de la biodiversidad que habita Bogotá. “Así como el reporte de Maira Ruge, en los cinco años recientes la ciencia ciudadana y los datos abiertos han cobrado mayor importancia y sus aportes son cada vez más notables”.

Jaboque es uno de los pocos lugares con registros de la culebra de pantano. Foto: Camila Fierro. 

El director de la Fundación Humedales Bogotá resaltó una reflexión sobre los pantanos y la importancia de su conservación de Sandra Vilardy, experta en ecología y medioambiente. “Las planicies aluviales son lugares muy importantes para las dinámicas ecohidrológicas, no sólo por su papel amortiguador de inundaciones y de regulación de las velocidades de los ríos, sino también por su importancia para la fijación de carbono. 

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Vilardy, profesora de la Universidad de Los Andes y directora de Parques Cómo Vamos, precisó que en las zonas bajas de los ríos, los humedales temporales o pantanos son áreas claves y altamente productivas, “pero lamentablemente por esa condición se volvieron indeseables, los rellenaron, les atravesaron diques y los desconectaron de los ríos”.

Biodiversidad en riesgo

Dos humedales capitalinos están en el ojo del huracán por una serie de obras en concreto que iniciaron durante la pasada Alcaldía de Enrique Peñalosa. Juan Amarillo, ubicado en las localidades de Engativá y Suba, padece por un puente elevado de 1,2 kilómetros de largo, además de varios senderos para el paso de personas y bicicletas.

En Jaboque, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) adelanta la construcción de un sendero elevado de 5,5 kilómetros para el paso de peatones y bicicletas en el bosque de las Lechuzas, uno de los lugares más biodiversos del ecosistema, además de varias ciclorrutas.

Un sendero en concreto tiene en peligro la biodiversidad del humedal Jaboque. Foto: Jhon Barros.

A mediados de este año, el Juez Cuarto Administrativo de Bogotá determinó que las obras duras en los 15 humedales de la capital quedaron prohibidas al declarar nulo el Decreto 565 de 2017 de la pasada Alcaldía, instrumento que en su momento modificó la Política Distrital de Humedales y dio vía libre a la construcción de infraestructura, ciclorutas, senderos, alamedas, plazoletas, adoquinados y luminarias en los ecosistemas capitalinos.

La Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) tomó algunas medidas en el puente elevado de Juan Amarillo, al imponer medidas preventivas de suspensión de obras en algunos tramos de la insfraestructura. En cuanto a las intervenciones en Jaboque, el Distrito aún no se ha pronunciado.

Sumado al cemento, Jaboque es víctima de la inyección contaminante de aguas residuales y vertimientos por parte de los siete canales que lo rodean, como Los Ángeles, El Carmelo y Marantá. Hace pocos días, uno de estos canales se pintó de rojo y afectó la calidad hídrica del ecosistema.

Las basuras y vertimientos también agobian al humedal Jaboque. Foto: Fundación Humedales Bogotá.

Jaboque ya perdió varias de sus condiciones naturales, como la regulación del ciclo hídrico, endurecimiento que propicia la eutroficación o acumulación de residuos orgánicos del cuerpo de agua y la proliferación de especies oportunistas”, expresó Escobar.

Otro impacto ambiental en el ecosistema es la proliferación de basuras, residuos que le llegan especialmente por los canales Los Ángeles y El Carmelo. “A pesar de que hay una reja para retener las basuras de estos canales, la cultura de la basura permea. Los residuos conviven con la biodiversidad. Hemos visto hasta tinguas nadando entre botellas plásticas”.

Palidece Madre de Agua

Bogotá cuenta con 15 sitios declarados como parques distritales de humedal, ecosistemas que suman 727 hectáreas y están distribuidos en nueve localidades capitalinas. Sin embargo, no son los únicos cuerpos de agua que hacen presencia en la ciudad.

La Fundación Humedales Bogotá lleva registrados por lo menos 70 cuerpos hídricos con características de humedal, como es el caso de Madre de Agua, ecosistema no reconocido institucionalmente ubicado en la localidad de Kennedy, entre los barrios Marsella y Ciudad Alsacia.

Madre de Agua es uno de los humedales no reconocidos en Bogotá. Foto: grupo Humedal Madre de Agua.

Madre de Agua posee un tamaño reducido y está altamente perturbado, además de encontrarse en un conflicto socioambiental latente por la construcción de la Avenida Guayacanes. Sin embargo, la comunidad se ha organizado en su defensa, cuidado y restauración”, dijo Sergio Torres, colaborador de la fundación.

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Diversos grupos ambientales han denunciado por redes sociales la afectación a la fauna de este ecosistema por varias intervenciones del Distrito. “Denunciamos la muerte de fauna en el humedal Madre de Agua por un descapote de la Secretaría de Ambiente. Hemos visto serpientes, ranas sabaneras y libélulas muertas. Este no es el compromiso que tenía la alcaldesa para reverdecer Bogotá”, dijo Somos Bosque, colectivo enfocado en la protección de toda forma de vida. 

Animales muertos y lastimados encontrados por la comunidad en el humedal Madre de Agua. Fotos: colectivo Somos Bosque.

El colectivo le hizo un llamado a la alcaldesa Claudia López para proteger la fauna del humedal. “Que una obra siga en marcha sin siquiera exigir visita de la Secretaría de Ambiente para asegurarse de no afectar la fauna, no es reverdecer Bogotá. Esta administración es responsable de la muerte de fauna”.

El grupo Humedal Madre de Agua denunció una posible ilegalidad por encerrar el ecosistema para las obras. “El Juzgado 63 Administrativo de Bogotá ordenó nuevamente hacer los estudios técnicos que aún no han arrojado resultados. Pedimos se frene el encerramiento”.

Las intervenciones están causando afectaciones en este cuerpo de agua de Kennedy. Fotos: grupo Humedal Madre de Agua. 

Ave única

A comienzos de este año, la ciudadanía registró a una garcita mirasol en el humedal Madre de Agua. “Una ciudadana la encontró alimentándose de renacuajos de la rana sabanera. La garcita mirasol (Ixobrychus exilis) es una de las nueve subespecies endémicas locales del altiplano cundiboyacense. Hay una población estable en la laguna La Herrera en Mosquera”, precisó Torres en un artículo publicado por la Fundación Humedales Bogotá.

Según Torres, luego de revisar los censos navideños de aves en Bogotá, la última vez que la garcita mirasol fue reportada en el perímetro urbano de Bogotá fue en 1995. “Estos datos reflejan la rareza y el reducido tamaño poblacional de esta subespecie, razón por la cual está categorizada como en peligro crítico de extinción”.

La garcita mirasol y varias especies de ranas han sido registradas en el humedal Madre de Agua. Fotos: Alicia Gil y grupo Humedal Madre de Agua.

El director de la Fundación Humedales Bogotá informó que el ave cuenta con algunos registros puntuales. “En Bogotá ya se había registrado en otros humedales de la ciudad anteriormente. La Asociación Bogotana de Ornitología la reportó en La Conejera y Jaboque, pero en la actualización que hicimos del censo de las aves entre 2015 y 2020, no apareció en los 15 parques ecológicos de humedal, lo que hace más relevante el registro en Madre de Agua”.

Para Torres, el registro de la garcita mirasol pone en evidencia la importancia de este ecosistema para las aves tanto residentes como migratorias de la ciudad, “teniendo en cuenta que Madre de Agua hace parte de un corredor biológico en conjunto con el bosque Bavaria y la ronda del río Fucha, ofreciendo una importante dinámica hídrica que le permite brindar unas condiciones ecosistémicas a las aves”.